Alrededor de 30 millones de estadounidenses han utilizado fármacos tipo Ozempic, provocando cambios en los hábitos de consumo que han tenido repercusiones en el sector minorista, los viajes y otros.
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La llamada ‘revolución Ozempic’ ha arrasado con miles de millones del valor de mercado de las empresas de alimentos y bebidas. Pero los nuevos medicamentos para bajar de peso están impulsando al menos una línea de productos que en ocasiones ha enfrentado una débil demanda: el yogur.
La francesa Danone afirma que la demanda de sus yogures ricos en proteínas y bajos en calorías ha aumentado en Estados Unidos, lo que se atribuye, en parte, a la nueva moda de los tratamientos contra la obesidad. Los organismos reguladores estadounidenses también han contribuido a ello al respaldar el producto, señalando que dos tazas a la semana podrían reducir el riesgo de diabetes.
“Tenemos una gama muy amplia de yogures proteicos, que están volando de las estanterías”, declaró en una entrevista Juergen Esser, director ejecutivo adjunto responsable de finanzas. “Creo que esos productos son atractivos tanto para los consumidores que están bajo tratamiento de GLP-1 como para los que simplemente desean controlar su peso o su bienestar”.
Danone no está comercializando productos explícitamente a los usuarios de tratamientos con GLP-1 como Wegovy, de Novo Nordisk A/S, y Zepbound, de Eli Lilly. Al menos por el momento. Sin embargo, el gigante alimentario suizo Nestlé va un paso más allá. Esta semana lanzará un nuevo sitio web diseñado para dirigir a los consumidores a productos especialmente concebidos para las personas que se aplican las inyecciones para bajar de peso, desde proteínas en polvo a vitaminas contra la caída del cabello.