proceso.com.mx
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La muerte trágica del matrimonio Rafael Moreno Valle y Marta Erika Alonso en víspera de Navidad tuvo un impacto traumático en la sociedad política y civil mexicana donde las reacciones inmediatas mostraron una vez más la peligrosa polarización que vivimos y los defectos, más que las virtudes, de las redes sociales.
Minutos después de que se confirmó la muerte del exmandatario poblano y de la reciente gobernadora, los mensajes polarizados comenzaron a chocar en las redes sociales de una manera frenética acusando y defendiendo al gobierno y, también a los propios acaecidos del helicóptero que se desplomó a los pocos minutos de haber despegado.
El trágico suceso impactó de manera directa al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por el conflicto electoral que se dio en Puebla en el cual el matrimonio Moreno Valle se impuso con las peores prácticas del fraude. La ausencia del presidente en la ceremonia de posesión de Erika Alonso y las criticas que hizo a su victoria, formaron el contexto adverso y hasta sospechoso de la caída del helicóptero, abonando la sospecha de un magnicidio.
Muchos de los actores políticos, líderes de opinión, periodistas, legisladores y articulistas comenzaron a medrar con la tragedia lanzando sus mensajes en las redes sociales convertidas en tribunales donde los jueces son ellos mismos.
Las acusaciones llenas de resentimiento de Vicente Fox y Jesús Ortega hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, y las expresiones viscerales del diputado Gerardo Fernández Noroña en contra del matrimonio quizá sean de los ejemplos más claros.
Pero lo mismo pasó con muchos ciudadanos que aprovecharon la ocasión para sacar desde lo más profundo de sus entrañas la animadversión, el odio y la cólera que tienen en contra de quienes consideran su enemigo mortal.
La tragedia en sí misma pasó a segundo término para dar lugar a una explosión de acusaciones irracionales en las cuales lo más importante era tener “likes” o reacciones contrarias a su opinión.
Las especulaciones e interpretaciones reinaron en las redes sociales todo el día y la noche siguiente al trágico suceso.
La irracionalidad del odio se sobrepuso a las explicaciones oficiales y los compromisos lanzados de que se investigarían las causas de la caída de la aeronave.
Todas y cada de una de las palabras del gobierno se toparon y se disiparon ante el torbellino de acusaciones y especulaciones que ya se había levantado en las redes sociales.
El hashtag #Amlosesino que comenzó a circular profusamente de manera intencionada desde la mañana del 25 generó tanta preocupación en el gobierno federal que para contrarrestarlo generó una némesis con otro hashtag: #ConLaTragediaNo con la intención de bloquear toda información sin sustento.
La tragedia de la muerte del matrimonio Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, ensombreció el festejo de Noche Buena, y las presunciones, conjeturas y acusaciones en las redes sociales difundiendo la teoría del magnicidio, mancharon de entrada al gobierno de López Obrador y cualquier intento por conocer las causas de la caída de la aeronave.
Por cierto… En el colmo de las suposiciones y el extremo de la expresión del odio, se difundió un video de la caída de un helicóptero sobre un pastizal, asegurando que se trataba del aparato donde viajaban Moreno Valle y Martha Erika Alonso. Pero se trataba de un incidente ocurrido en Ucrania en 2014. La miseria humana exponenciada en las redes sociales, todo con tal de un “like” o crear ruido para nublar la razón y la inteligencia.