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La audiencia pública ante el Congreso de EE.UU. que ofreció este jueves James Comey, exdirector de FBI, se vio brevemente interrumpida por una broma en medio de la tensión sobre temas como las razones de su cese y los encuentros que mantuvo con el presidente Donald Trump.
Todo ocurrió mientras se discutían detalles sobre una cena que Comey mantuvo con Trump en el mes de enero, cuando el senador Angus King le preguntó si el encuentro había sido idea suya.
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Comey, quien aseguró que no solo había sido el propio Trump quien lo había invitado a comer, reveló que por tal motivo tuvo que cancelar una cita que tenía planeada con su esposa. Inmediatamente el senador King lo interrumpió añadiendo en tono jocoso: «Esa [cena con Trump] es una de las mejores excusas para romper una cita», haciendo alusión a que no cualquier persona puede cancelar sus planes por el presidente de EE.UU. y que muchos harían lo que fuera por evitar estar con la esposa unas horas.
En medio de las risas de los asistentes, el exdirector del FBI, agrego que en realidad le «encanta pasar tiempo con su esposa» y que habría deseado «haber estado con ella esa noche». Sus palabras provocaron carcajadas en el auditorio y rompieron por un momento la seriedad en el recinto.
El 27 de enero, ambos funcionarios compartieron una incómoda cena en la Casa Blanca. Según el testimonio, durante la cena Trump hizo preguntas «extrañas» a Comey en las que daba la impresión de que «buscaba algo a cambio de dejarme quedar en mi trabajo». El mandatario posteriormente pidió «lealtad honesta» al ahora exdirector del FBI.
El abogado de Donald Trump, Marc Kaskowitz, aseguró que el mandatario estadounidense nunca indicó a Comey «de ninguna manera» que le hacía falta su lealtad.