Hostigamiento a embajada mexicana en Bolivia, ni en las peores dictaduras: Reyes-Zúñiga

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El despliegue de 50 policías, militares y agentes vestidos de civil afuera de la residencia de la embajadora de México en Bolivia y de otros 30 en las inmediaciones de la embajada representa un “hostigamiento” del gobierno de Jeanine Áñez contra México, “como no lo habían hecho ni las peores dictaduras de Centroamérica”, señala Maximiliano Reyes-Zúñiga, el subsecretario para América Latina y el Caribe.

“Ayer y hoy estuvo muy fuerte (el hostigamiento); hoy redujeron el número de efectivos y esperamos que mañana haya menos”, indica el funcionario de la Cancillería, en entrevista con Apro; dice que el gobierno mexicano espera que la Organización de los Estados Americanos (OEA) se pronuncie el jueves al respecto y obligue el gobierno boliviano a retirar sus agentes, tal como se le pidió ayer.

Reyes estima que este el despliegue de agentes bolivianos responde a la voluntad del gobierno de Áñez de “cazar” a todos los que apoyan del expresidente Evo Morales, ya que nueve de ellos se encuentran asilados en los recintos diplomáticos de México en Bolivia: se trata, según él, de un “intento de secuestro a los asilados bolivianos”, para  que “si salen a respirar, los agarren fuera de la puerta”. “No encontramos otra explicación del por qué”, sostiene.

A raíz del golpe de Estado contra Morales –consumado el pasado 10 de noviembre–, el gobierno mexicano otorgó el asilo político al expresidente y a varios de sus seguidores; sin el aval de la Cámara de Diputados, Áñez tomó el poder y, de la mano con la cúpula militar, desató una ola de represión contra los simpatizantes del líder indígena; en paralelo, el tema boliviano desató tensiones en la OEA, donde el gobierno mexicano denunció el golpe de Estado.

Reyes resume: “Hay una situación tensa entre los dos países, derivada del asilo al expresidente Evo Morales, y luego de los insultos y las majaderías de la presidenta proclamada (Áñez) hacia nuestro gobierno”, e insiste: “consideramos que es un gobierno producto de un golpe de Estado, que no ha pasado por un proceso democrático ni legislativo, por que no le han tomado protesta, y que es una presidenta autoimpuesta a partir de la fuerza y la represión; es un gobierno de facto”.

Durante el exilio de Morales en México, el gobierno boliviano despotricó en varias ocasiones contra la administración de Andrés Manuel López Obrador, a la que acusaba de dejar al expresidente realizar sus “actividades conspirativas” e “incitar a la violencia” desde el asilo.

A lo largo del mes en que estuvo presente en México, Morales realizó varias conferencias de prensa y entrevistas con medios de comunicación, en las que denunció el golpe de Estado y la violenta represión desatada por el gobierno de Áñez –con un balance oficial de 34 personas asesinadas–, y organizó su eventual regreso a su país. El pasado 12 de diciembre, Morales se fue a Argentina, donde se encuentra como asilado.

En la mañana de ayer, el gobierno boliviano emitió un comunicado en el que reclamó a México de convocar a reuniones de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) sin invitar al gobierno boliviano, que tiene la presidencia pro témpore del organismo.

Al respecto, Reyes afirma que son otras “mentiras” del gobierno de facto, pues “nosotros invitamos siempre a los funcionarios de su embajada en México a las reuniones preparatorias y de planeación”, y añade que, más bien, “nuestra embajadora ya ha buscado a la autonombrada canciller (Karen Longaric), pero no la ha recibido”.

                                                         
Compartir