Es una condición silenciosa pero reversible si se detecta a tiempo
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El hígado graso, conocido médicamente como esteatosis hepática, es una condición cada vez más común en la población, relacionada principalmente con el estilo de vida moderno: sedentarismo, mala alimentación y sobrepeso.
Aunque popularmente se habla de “limpiar” el hígado, lo que realmente se busca es reducir o eliminar la acumulación de grasa hepática, algo que sí es posible lograr de manera natural con hábitos sostenibles y bajo supervisión médica.
¿Qué es el hígado graso?
El hígado graso se presenta cuando se acumula grasa en las células del hígado. Puede clasificarse en dos tipos:
- Esteatosis hepática alcohólica (EHGA), causada por el consumo excesivo de alcohol.
- Esteatosis hepática no alcohólica (EHGNA), más común actualmente, y vinculada a factores como obesidad, resistencia a la insulina, colesterol alto y diabetes tipo 2.

Alimentación: la base para revertir el hígado graso
Una dieta equilibrada es el primer paso para mejorar esta condición. Los expertos recomiendan:
- Evitar el azúcar añadido, refrescos y harinas refinadas, ya que favorecen la acumulación de grasa.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, fuentes naturales de fibra y antioxidantes.
- Incluir grasas saludables, como el aceite de oliva extra virgen, aguacate y frutos secos en porciones moderadas.
- Consumir pescado azul (como salmón, sardina o atún), rico en ácidos grasos omega 3, que ayudan a reducir la inflamación hepática.
- Reducir la carne roja y los embutidos, así como los alimentos ultraprocesados.
Hábitos clave para eliminar la grasa hepática
- Actividad física regular: practicar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana (caminar rápido, nadar o andar en bicicleta) puede reducir significativamente la grasa en el hígado.
- Pérdida de peso gradual: perder entre el 5 por ciento y el 10 por ciento del peso corporal mejora de forma notable la función hepática.
- Hidratación adecuada y buen descanso: el hígado también trabaja durante la noche, por lo que dormir bien es esencial.
- Eliminar tóxicos: evitar totalmente el alcohol y el tabaco. Ambos agravan la inflamación y dañan aún más el hígado.
- Evitar productos milagro o detox sin respaldo médico: muchos suplementos prometen “desintoxicar” el hígado, pero pueden ser ineficaces o incluso peligrosos.

Cuándo acudir al médico
Si ya tienes diagnóstico de hígado graso o sospechas de ello (fatiga, malestar abdominal, enzimas hepáticas elevadas), es fundamental realizar análisis de sangre y una ecografía. Un profesional podrá valorar si hay inflamación (esteatohepatitis) o fibrosis y dar seguimiento para prevenir complicaciones mayores como la cirrosis.
No existen soluciones exprés para el hígado graso. La clave está en adoptar una alimentación saludable, mantenerse activo y eliminar hábitos nocivos. Con cambios constantes y asesoría médica, es posible revertir esta condición y recuperar la salud hepática.