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Ciudad de México. La solicitud que presentó a la Cámara de Diputados el presidente en turno de la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago), el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, para que el órgano legislativo resuelva los requerimientos de las entidades federativas, y los recortes a sectores sustantivos en el campo, educación, salud y agua, devino en un enfrentamiento propiciado por Silvano Aureoles, gobernante de Michoacán, quien acusó en el encuentro, al presidente de la Comisión de Presupuesto, Alfonso Ramírez Cuéllar de incongruente, y se mofó de él porque “entró a la Cámara en caballo y burros”.
El gobernante de Michoacán, quien ha desoído el reclamo de la Universidad de su estado en materia presupuestal, generando una crisis social incalculable, llegó al encuentro entre la Comisión de Presupuesto y la Conago intentando colocarse como un firme “opositor” al proyecto del ejecutivo federal en materia económica.
Antes, Alejandro Moreno, el gobernador de Campeche, fue comedido en solicitar al Congreso federal el respaldo para que desde éste pueda resarcirse el daño –que los gobernantes señalaron– a los presupuestos de las entidades federativas. Agradeció a Ramírez Cuéllar haber aceptad el encuentro, y solicitó que en San Lázaro se ejerza la soberanía del poder legislativo para modificar la propuesta presidencial.
Aureoles, cuestionado dirigente nacional del PRD, diputado federal y senador, por sus cercanías con el priismo –terminó respaldando la candidatura de José Antonio Meade a la presidencia de la República– pretendió convertirse en la voz disonante desde la Conago contra el paquete económico enviado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Con esa supuesta autoridad consideró que “lo que subyace en el fondo es una injusta distribución de los recursos públicos; el gobierno de la República es el más endeudado con 11 billones de pesos, no hay congruencia de este gobierno con lo que se dice y lo que se hace, dijo que no habrá déficit y sí habrá; nos preocupa la reducción al campo; y es inaceptable eliminar las concurrencias con los gobiernos de los estados, es riesgoso, advirtió en tono socarrón.
Y así hasta la emprendió con Ramírez Cuéllar, a quien le soltó. “Usted metió caballos y hasta burros al pleno (jajaja), ahora hay que ser congruente, es el momento, Alfonso. ¿Dónde está Víctor Suárez (subseretario de Agricultura), gritando que este presupuesto es un golpe al campo”.
Alfonso Ramírez Cuéllar guardó silencio. Él codujo la reunión cedió la voz a Javier Corral de Chihuahua, quien ahora también pretende ejercer un liderazgo en el sector contrario al gobierno de la República.
“El presupuesto no es del gobierno de la República, es de la federación. Si se aprueba como fue presentado es una amenaza al federalismo y significaría una de las mayores regresiones en materia de coordinación fiscal”.
Después, Quirino Ordaz, de Sinaloa, fue amable en su intervención, valoró la sensibilidad del presidente López Obrador pero puso sobre la mesa la urgencia de respaldar al sector pesquero.
La gobernante de Puebla, Martha Erika Alonso, adujo que la eliminación de los programas de apoyo a las mujeres en los estados es alarmante. Y colocó sobre la mesa que de los 36 programas nuevos del gobierno federal en materia de desarrollo social, 17 no cuentan con reglas de operación.
Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero, pretendió amainar la tensión que se sentía en el encuentro, pues aún se encontraba en el ambiente la provocación de Silvano Aureoles: “no venimos a exigirles, más vale pensar en México. Se pueden hacer modificaciones, no estamos planteando cosas incorrectas ni indebidas. Que exista una gran transparencia, no pedimos nada del otro mundo.
La respuesta de Ramírez Cuéllar a Silvano Aureoles fue contundente. Les dijo que no tiene autoridad ni moral, ni ética ni política para llegar al Congreso federal a exigir:
“Nosotros podemos recoger lecciones, pero siento que hay gobernadores que no pueden hablar de congruencia, ni de respeto. Vamos a ejercer nuestra soberanía, soberanía que algunos no han ejercido en su vida. Nosotros no tenemos límites para el debate, ni para encontrar acuerdos, lo que sí tenemos es límite para el uso de bolsas discrecionales.
Hablar de dignidad es muy difícil, cuando la vida de algunos ha sido presentarse de rodillas ante las autoridades. En el caso de la universidades mientas algunos las abandonan a su suerte, pocos gobernadores levantaron la voz para manifestar la crisis de sus universidades. No esperamos reclamos ni mucho menos descalificaciones. La discrecionalidad de los programas sociales no es algo en lo que nosotros estemos comprometidos. Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo, y hay algunos que no tienen autoridad para darnos recomendaciones”.
Todas las miradas se dirigieron a Silvano Aureoles, conocido por sus actitudes y posturas frívolas, y así arrebató el uso de la voz para retar al presidente la Comisión de Presupuesto, “si te dolió lo de los caballos y los burros […] y tus insinuaciones te voy a emplazar a que las demuestres”.
Así sobrevino un caudal de participaciones de diputados, que integran la Comisión de Presupuesto. Algunos defendieron la causa del gobierno federal, en materia de las atribuciones y análisis del gasto. Otros como Patricia Terrazas (PAN), presidenta de la Comisión de Hacienda, aprovecharon para lanzarse en contra de la aprobación, “en un sólo día”, de la Ley de Ingresos.
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