La periodista Mary Anastasia O’Grady señaló que “el espacio aéreo mexicano es un accidente a punto de ocurrir” de acuerdo con la comunidad aeronáutica
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El 9 de mayo se dio a conocer que dos aviones estuvieron cerca colisionar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pues un controlador habría autorizado el aterrizaje de un avión en una pista donde otra unidad esperaba.
Dicho video circuló por las redes sociales, mismo en el que se puede apreciar que fue gracias a la maniobra del piloto como se pudo evitar el incidente; lo que no se pudo frenar, fueron las críticas no sólo de las autoridades de la aviación, sindicatos, trabajadores, ex trabajadores o expertos en la materia, también por parte de la oposición política, o de periodistas, columnistas y escritores tanto nacionales como internacionales.
El tema necesariamente llegó a otras partes del mundo, pues aerolíneas de múltiples países del globo aterrizan o despegan en y desde la Ciudad de México, por lo que el espacio aéreo es preocupación de un largo sector.
Al respecto, la periodista Mary Anastasia O’Grady del periódico norteamericano The Wall Street Journal (WSJ) consideró que la confianza en la seguridad aérea mexicana fue quebrantada por circunstancias que rebasan a responsabilizar a un hombre.
Entre ellos, insistió, el debate que vuelve a la mesa luego de que dos hechos que pudieron terminar en tragedia, se dieran a conocer en el aeropuerto de la CDMX: “los cambios en el financiamiento y la infraestructura de la red de transporte aéreo en México, implementados en el gobierno de AMLO que han convertido al espacio aéreo nacional en algo peligroso”.
Ya añadió que de ser ciertas las acusaciones del presidente de México sobre una supuesta conspiración de la oposición, entonces también estaría involucrando a diversas administraciones de aviación como la de los Estados Unidos o la de las Naciones Unidas.
Lo anterior, explicó, debido a que la FAA, Administración Federal de Aviación de EEUU, bajara la calificación de la seguridad aérea de México hasta la categoría 2, es decir, carente de requisitos para supervisar a las compañías en cuestión de capacitación, recopilación de datos, experiencia técnica entre otros.
Por ello, consideró, la comunidad aeronáutica ha tratado de advertir que “el espacio aéreo mexicano es un accidente a punto de ocurrir”.
Para explicar estos últimos fenómenos mencionados, la periodista se remontó a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) ordenado por el presidente Enrique Peña Nieto, pero detenido por Andrés Manuel a su entrada. “Él lo mató”, escribió O’Grady.
Entonces inició la remodelación de Santa Lucía, se estrenó y ahora, señaló la periodista, “López Obrador forzará el tráfico a su proyecto favorito”, con el objetivo de asignar todas las rutas de diversas compañías al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“El público que vuela estará peor, y no solo por el transporte terrestre más costoso y menos conexiones”, advirtió la escritora para su texto titulado Los cielos no tan amigables de México para el WSJ.
Y concluyó que el reciente incremento reportado de alertas reportado por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, y reportes como los hechos en las redes sociales, sobre aviones a punto de colisionar, son “un riesgo generado no por la aviación sino por la agenda política de López Obrador”.
Además de la investigación que fue anunciada por parte de las autoridades mexicanas, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), en concordancia con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), emitieron un comunicado con el que defendieron las maniobras recientemente vistas.
“La maniobra de aproximación fallida, aproximación frustrada o “ida al aire”, como se conocen en el medio aeronáutico, es considerada la más segura de todas para aterrizar en cualquier aeropuerto y es la mejor decisión que el piloto y/o un controlador puedan tomar”, expresaron de manera conjunta y como réplica a los informes presentados en medios nacionales.
De la misma forma, la AFAC se encargó de explicar en qué momentos se debe utilizar esta maniobra, con el objetivo de tranquilizar a los usuarios del AICM e intentar mostrar que es un movimiento común en el mundo aeronáutico, pues no únicamente se utiliza cuando un avión no ha desalojado la pista de aterrizaje, tal como ocurrió esta semana en la capital de México.