Ramón Guerrero y su equipo, una vez más utilizaron sus días de descanso para ayudar a las comunidades que poca o nada atención reciben del gobierno municipal
Vecinos agradecieron la limpieza, pero sobre todo la emparejada de sus calles
“Sin pozos ni tierra suelta, así nos gustaría ver siempre nuestras calles. Gracias al señor Mochilas porque él sí ayuda, a él sí le importa le gente”, exclamó doña María, vecina del lugar
Puerto Vallarta, Jalisco. La zona rural de Puerto Vallarta no fue ajena a la ayuda y beneficios que Ramón Guerrero “El Mochilas” llevó a decenas de familias de la comunidad de El Aguacate, ubicada en las inmediaciones de La Desembocada.
El Subsecretario de Gestión Integral de Recursos y Programas Sociales del Gobierno de Jalisco, Ramón Guerrero Martínez, acudió junto con su equipo de colaboradores desde las 8:00 de la mañana a esta colonia que, aunque ya lleva varios años de existencia, apenas concluyó su proceso de regularización, aunque la falta de servicios públicos y atención gubernamental prevalecen.
“Hoy estamos en la comunidad de El Aguacate, venimos a apoyar y respaldar a solicitud de las vecinas y vecinos de esta comunidad. Vamos a hacer labor de limpieza, vamos a rehabilitar varias calles de la comunidad. Hoy venimos a ayudar, venimos a apoyar”, expresó Guerrero Martínez en un mensaje ante colaboradores y vecinos reunidos que se aprestaban para dar inicio a las labores.
Como en cada colonia visitada, en esta ocasión los vecinos se sumaron a las labores de limpieza de los residuos del huracán Lidia, y otros más, de manera entusiasta salieron de sus casas a saludar y agradecer a Ramón Guerrero la “raspada” o emparejado de calles, ya que, con el temporal de lluvias, habían quedado muy “pozudas”, es decir, con baches.
Pero no solo eso, al ver que el polvo de las calles también representa un problema de salud, de tránsito para los vehículos particulares y de servicios como el gas o taxis para los vecinos, Ramón Guerrero dio instrucciones para que se regaran las calles que se estaban emparejando, por lo que el cambio fue radical.
“Sin pozos ni tierra suelta, así nos gustaría ver siempre nuestras calles. Gracias al señor Mochilas porque él sí ayuda, a él sí le importa le gente … yo voy a saludarlo”, exclamó doña María, vecina del lugar, al tiempo de acudir personalmente a estrechar la mano y darle un abrazo a Ramón Guerrero Martínez.