Feministas, madres, universitarias… en una sola voz contra las violencias machistas

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La marcha por el Día Internacional de la Mujer, el #8M, convocada para iniciar de la columna del Ángel de la Independencia, salió en un solo contingente, pero acabó partida en dos.

Por un lado, estaban las organizadoras feministas y sindicalistas que colocaron a algunas madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, de las muertas en Ciudad Juárez y el Estado de México. Por el otro, agrupaciones de jóvenes feministas y universitarias que exigieron un alto a los feminicidios, a las desapariciones de mujeres, a la violencia y al machismo y que, al final, hicieron una fiesta sobre la avenida Juárez.

Al contingente se sumaron hombres miembros de gremios como el universitario, sindicatos como el de electricistas, el Frente Popular Francisco Villa Independiente, Pan y Rosas, Movimiento de Trabajadores por el Socialismo, la Nueva Central de Trabajadores y hasta el PRD con un contingente encabezado por la secretaria general, Beatriz Mojica.

Alrededor de las cinco de la tarde, cientos de mujeres se dieron cita en la emblemática columna del Paseo de la Reforma para marchar.

La consigna la llevaron en una manta a la cabeza de la manifestación: “Paro Internacional de las Mujeres. Todas las voces contra las violencias machistas. Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”.

Ahí, las manifestantes exigieron “a trabajo igual, salario igual”, mientras otras las miraban con sus regalos florales entre las manos que les dieron como regalo por el Día Internacional de la Mujer.

“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, corearon antes de comenzar a caminar por el Paseo de la Reforma hasta la avenida Juárez. Tres mujeres exigieron justicia para sus hijas mientras gritaban “¡Ni una más, ni una más, ni una muerta más!”.

Atrás, otras en silla de ruedas protestaron contra la violencia hacia las féminas. Eran integrantes del Consejo de Mujeres con Discapacidad. Las acompañaron hombres también en silla de ruedas.

El equipo de sonido lo prestó la Asamblea de Barrios, aunque muchos contingentes traían el propio, como el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) o los apodados “Panchos villas independientes”.

En el contingente se escuchó el conteo de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y su sentir contra el presidente de la República: “¡Fuera Peña! ¡Fuera Peña!”. Una y otra vez.

Al llegar al cruce de Reforma y Juárez, 10 hombres del SME hicieron una columna porque la marcha se detuvo ya que un grupo de jóvenes, vestidas de negro y morado, algunas con los rostros cubiertos, no dejaban pasar a las madres. Se apostaron al frente de los contingentes, dijeron que eran parte del Colectivo Gafas Violetas y comenzaron a marchar. Ahí fue cuando la marcha se partió.

“¡Si tocas a una, los matamos a todos!”

Con el camión del sonido se abrieron paso para llegar al mitin que organizaron en el Hemiciclo a Juárez, donde tenían instalado un templete prestado por el SME.

Las jóvenes del colectivo comenzaron a corear: “¡Macho, entiende, que vas atrás!”, “¡Feministas a la vanguardia, macho, atrás aunque te arda!”.

Una pancarta devolvía la violencia por la que protestaban: “¡Si tocas a una, los matamos a todos!”. Y corearon una larga consigna: “¡Por qué no! ¡Por qué no! ¡Te dije que no! ¡Pendejo no! Mi cuerpo es mío, yo decido, tengo autonomía, yo soy mía”. Otra más: “¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres enfrente de la gente!”.

Entre las mujeres cuyas madres o hermanas pedían justicia estaban los nombres de Mariana, Nadia Muriño y Fernanda Sánchez Velarde con la pancarta: “¡No fue suicidio, fue feminicidio!”. Otra exigió “¡Justicia para Arlet Sánchez Chávez!”.

La marcha estuvo larga. Ahí estaban los contingentes de la Asamblea de los Usuarios de la Energía Eléctrica que protestaron contra las reformas estructurales; las constituyentes de la Ciudad de México; el Movimiento Nacional de la Esperanza del PRD, encabezado por René Bejarano.

Siguieron las consignas: “¡Mujeres contra el capital, mujeres contra el machismo y el terrorismo neoliberal!”.

A la altura del Hotel Hilton se quedó un grupo de jóvenes, desnudas de la cintura para arriba quienes, al ritmo de la batucada bailaron y corearon sus consignas.

En la marcha hubo pancartas con la etiqueta “#Yo soy libre”, entre las chicas del Colectivo Feminista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y de la Central de Estudiantes Universitarios de la UNAM.

Más cartulinas: “¡Enseña a tus hijos a no violar!”, “¡Quien te ama no te ata y tampoco te maltrata!”. Algunas participantes prendieron antorchas. Unas más cargaron cruces, flores de colores, coronas de muerto, globos. Los menos se vistieron todos de blanco, negro, morado.

También marcharon ciudadanos independientes. Un grupo causó simpatía porque fue acompañados por cinco mimas que traían una manta con la consigna: “¡Igualdad genérica. Ni una más, ni una menos!”.

Así, las manifestantes repetían las consignas y caminaron con la marcha que terminó con un gran contingente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

                                                         
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