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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Es falso que el exgobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa sea víctima de golpes y vejámenes en el Penal de Matamoros, Guatemala, donde se encuentra recluido desde mediados de abril, acusado de cometer delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
De acuerdo con el juez Cuarto de Primera Instancia Penal, Carlos Guerra, lo anterior se corroboró tras practicar una exhibición personal a favor de Duarte, luego de que sus abogados defensores plantearon ese recurso porque, aseguraron, el exmandatario sufría una serie de maltratos físicos y psicológicos dentro de la prisión.
Guerra indicó que se presentaron en el penal, junto con médicos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), y después de practicarle una serie de análisis clínicos se comprobó que la salud del exfuncionario mexicano es estable y que no hay pruebas que demuestren que haya sido víctima de algún mal trato.
“Al hacerle los exámenes médicos se determinó que el señor (Duarte) no presenta golpes, heridas y vejámenes en su cuerpo, y el informe psicológico determina que no tiene ningún trastorno mental”, declaró el juzgador, según información difundida por El Periódico de Guatemala.
El juzgado enviará el informe de la exhibición personal al Tribunal Quinto de Sentencia Penal, donde se dilucida el proceso de extradición del exgobernador.
En días pasados, Carlos Israel Velásquez Domínguez, abogado del exgobernador de Veracruz –detenido el 15 de abril en el hotel La Rivera de Atitlán, en Panajachel, Sololá, a 140.5 kilómetros al occidente de la capital guatemalteca–, denunció que su cliente es víctima de “maltrato y acoso” por parte de los guardias.
De acuerdo con un oficio entregado por Velásquez al Juez de Primera Instancia Penal de Guatemala, a Duarte “le propinaron empellones y amenazas, descargas eléctricas, gas, así como destruyeron alimentos que él poseía para su subsistencia dentro del reclusorio y siendo que el requerido no está ligado a proceso penal en nuestro país”.
En una carta que envió en abril pasado a las autoridades penitenciarias, Duarte –el reo 27 de la prisión del Cuartel Matamoros– también se quejó de su cama de piedra, de que pasa los días sin ventilación y las noches a oscuras, y que no lo dejan convivir con otros reos, ni hacer deporte.
Ante esa situación hizo una serie de peticiones, entre ellas que se le deje ingresar un colchón, un ventilador y una lámpara, y pidió autorización para convivir como los otros 26 reos del penal, considerado de alta seguridad por encontrarse a un costado del cuartel militar de las Guardias Presidenciales de Guatemala.