A principios de mayo, una inusual tormenta geomagnética trajo consigo el avistamiento de auroras boreales en México
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Durante los primeros días del mes de mayo se tuvo registro de una tormenta solar de gran magnitud. El alcance de la tormenta geomagnética en el planeta Tierra fue tal que sus efectos, como las auroras boreales, pudieron ser percibidos en México, región donde no es habitual observarlas. Al respecto, existe expectativa sobre la ocurrencia de eventos posteriores.
Las tormentas solares son fenómenos espaciales originados en la superficie del Sol. Se producen cuando grandes cantidades de energía son liberadas en forma de radiación electromagnética y partículas cargadas, principalmente protones y electrones. Estas partículas son expulsadas a gran velocidad hacia el espacio y pueden llegar a la Tierra.
Los efectos de una tormenta solar pueden interferir con las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas y los sistemas de navegación GPS. Además, pueden provocar auroras visibles en latitudes más bajas de lo habitual. Estas tormentas son monitoreadas por agencias espaciales para predecir sus posibles impactos en la tecnología y la infraestructura terrestres.
Estas son las fechas de las próximas tormentas solares y así afectarán a México
De acuerdo con el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX), las tormentas solares ocurren todo el tiempo. No obstante, es imposible poder prever la fecha en que la magnitud de alguna de ellas pueda tener alcance sobre la Tierra y, más aún, aproximarse al territorio mexicano.
Para ello, diversas corporaciones aeroespaciales alrededor del mundo, entre los que se encuentran el SICESMEX, se dedican a la observación y el monitoreo constante del Sol, del medio interplanetario, la atmósfera alta, también conocida como ionósfera, y el campo magnético terrestre, para avisar de forma oportuna en caso de la ocurrencia de una tormenta de gran magnitud.
Por otro lado, Juan Américo González Esparza, investigador responsable del Servicio de Clima Espacial del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró, en conferencia el pasado 18 de marzo, que cada 11 años aumenta la actividad solar, por lo que entre el 2024 y 2025 podría tener lugar la ocurrencia de una gran tormenta solar.
“El Sol tiene un ciclo de actividad que dura aproximadamente 11 años, donde pasa de estar prácticamente dormido, con una superficie lisa y amarilla, a tener un grupo de manchas solares, regiones oscuras en su superficie que significan que ha entrado en actividad, y comienzan a producirse las tormentas solares”, comentó.
Cabe mencionar que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), cuenta con una escala de cinco niveles para determinar la intensidad de las tormentas solares o geomagnéticas. Estas van desde la menor, es decir la G1, hasta la G5, misma que puede provocar daños extensos y el avistamiento de auroras boreales en latitudes muy bajas.
En ese sentido, en caso de que México vuelva a percibir los efectos de una tormenta solar o geomagnética será indicio de la gran magnitud de la misma. De hecho, en el año de 1859 tuvo lugar una tormenta severa conocida como “evento Carrington”. En dicha ocasión también se pudieron observar auroras boreales en el centro del país, aunque provocó daños en la red mundial de telégrafos.
En ese sentido, debido a los avances tecnológicos en la actualidad, una tormenta geomagnética de gran magnitud podría tener repercusiones, no solo en México sino en todo el mundo. Entre los efectos podrían encontrarse el colapso o perturbaciones en satélites, telecomunicaciones, GPS, navegación aérea, redes de generación o distribución de energía eléctrica, entre otros.
Por ello, se recomienda permanecer al pendiente de las actualizaciones de las autoridades encargadas del monitoreo de la actividad solar y geomagnética, así como prever todas aquellas actividades que dependan de conexión satelital o a una red eléctrica para buscar como realizarlas de manera alternativa.