En 2019 y 2020 hubo más de mil 200 agresiones contra niños y adolescentes indígenas en México

El reciente ataque contra Juan Pablo, un estudiante otomí de Querétaro, provocó gran indignación en el país

infobae.com

Entre ataques físicos, casos de violencia sexual, psicológica, económica y actos de abandono y negligencia, se sumó un total de mil 223 agresiones en contra de niñas, niños y adolescentes indígenas en México entre 2019 y 2020, de acuerdo con reportes de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), una coalición de organizaciones de la sociedad civil.

Con base en datos proporcionados por la Secretaría de Salud, la REDIM dio a conocer que en 2019 se registraron 725 agresiones, mientras que en 2020 fueron contabilizadas 498.

Las entidades con mayor número de ataques en contra de niñas, niños y adolescentes indígenas en este periodo fueron Tabasco (270), Chihuahua (229), Guerrero (185), San Luis Potosí (158), Chiapas e Hidalgo (cada uno con 105).

Respecto a la violencia sexual en contra de este grupo poblacional, en 2020 se registró un total de 170 víctimas de entre 1 y 17 años, de las cuales 93.5% fueron mujeres. Es decir, del total de agresiones sexuales en dicho año, 159 fueron dirigidas a niñas y adolescentes indígenas. En 2019 la cifra de víctimas de este tipo de violencia fue de 160.

Foto: MICHAEL BALAM/CUARTOSCURO.COMFoto: MICHAEL BALAM/CUARTOSCURO.COM

Por otro lado, las autoridades sanitarias reportaron que entre 2019 y 2020 hubo 309 niños, niñas y adolescentes indígenas que fueron víctimas de violencia física. De acuerdo con la información disponible, la vivienda y la vía pública fueron los espacios más violentos para este sector.

Recientemente, las agresiones sufridas por Juan Pablo, un estudiante otomí de 14 años en Querétaro, causaron gran indignación en la entidad, así como en el país entero.

El pasado 6 de junio, dos compañeros de clase de Juan Pablo, quien estudia en la Telesecundaria 6 “Josefa Vergara”, le ocasionaron graves quemaduras de segundo y tercer grado, pues rociaron con alcohol una de las sillas del salón en la que el joven se sentó y, posteriormente, le prendieron fuego con un encendedor.

De acuerdo con los testimonios de Eugenia, madre de la víctima, una maestra del plantel fue quien le proporcionó el alcohol a los agresores.

“Al sentir que se mojó, se paró, pero uno de los niños le prendió fuego con un encendedor y ya no se apagaba hasta que logró quitarse el pantalón”, declaró Eugenia durante una manifestación a las afueras de la escuela en la que, junto a otras 50 personas, exigió justicia para su hijo, así como la destitución de la directora y de la profesora mencionada.

De manera adicional, la madre de Juan Pablo afirmó que las autoridades educativas no le informaron la situación de inmediato, sino que fue la maestra de su hijo quien lo trasladó por su propia cuenta a una clínica para que le brindaran la atención médica necesaria, ya que la escuela no solicitó una ambulancia para evaluar al joven.

(Foto: Twitter/AlertaQro)(Foto: Twitter/AlertaQro)

Luego de una audiencia llevada a cabo el pasado 25 de junio, un juez determinó la vinculación a proceso de los dos agresores de Juan Pablo por el delito de lesiones dolosas. Sumado a ello, les prohibió salir del estado y acercarse a la víctima e impuso las medidas cautelares de vigilancia y presentación periódica.

Aunque los jóvenes que quemaron a Juan Pablo se negaron a declarar durante la audiencia, la Fiscalía General del Estado (FGE) estableció, además de las medidas mencionadas, un periodo de tres meses de investigaciones complementarias.

Además de las agresiones físicas, la familia del joven otomí acusó a los victimarios por racismo en contra de Juan Pablo. Esto, sin embargo, aún no ha sido abordado en el proceso judicial, pues será durante los próximos meses cuando se presenten los elementos que respalden tal acusación, aseguró Ernesto Carreño, abogado de la familia de Juan.

Según las cifras compartidas por la REDIM, el estado de Querétaro registró un total de 17 agresiones (físicas, sexuales y psicológicas) en contra de indígenas menores de edad entre 2019 y 2020. Todas las víctimas de estos ataques fueron mujeres.

                                                         
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