Los cárteles mexicanos han llevado su estructura operativa al otro lado del Atlántico mediante alianzas con mafias de los Balcanes y el montaje de laboratorios
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Una nueva fase del narcotráfico internacional está en marcha: los cárteles mexicanos ya no solo exportan drogas a Europa, sino que han comenzado a operar directamente en el continente.
De acuerdo con recientes informes, decomisos y arrestos, las autoridades europeas identifican una estrategia en expansión del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que incluye desde laboratorios clandestinos hasta el entrenamiento de cocineros locales. El fenómeno ha sido denominado por las agencias como “el método mexicano”.
Entrenamiento directo desde México
Un reciente reportaje publicado por la BBC revela que laboratorios ilegales descubiertos en países como Francia, Bélgica, España, Polonia y Países Bajos son una prueba del avance del modelo mexicano en Europa. A diferencia del pasado, cuando la cocaína llegaba a través de rutas marítimas desde América del Sur, ahora los grupos mexicanos están produciendo metanfetaminas en territorio europeo.

Las investigaciones apuntan a que “cocineros” han sido enviados por los cárteles para capacitar a sus aliados en Europa, donde replican procesos y fórmulas ya aplicadas en instalaciones clandestinas de Sinaloa o Jalisco.
Además, una parte clave de esta expansión ha sido la colaboración entre cárteles mexicanos y grupos criminales europeos, particularmente organizaciones de los Balcanes Occidentales.
Uno de los casos emblemáticos fue el desmantelamiento, en 2024, de un laboratorio en Marsella, Francia, en el que participaron mexicanos con experiencia previa en producción de metanfetamina, según confirmaron funcionarios de la Agencia de Drogas de la Unión Europea (EUDA). Este tipo de operaciones se ha vuelto más frecuente, según el organismo, y responde a la creciente demanda de drogas sintéticas en el continente.

Por otro lado, en Europa Central, particularmente en Polonia, se han desmantelado laboratorios donde se confirmó la participación directa de mexicanos (que fueron detenidos), en la capacitación y supervisión, un claro indicativo de la extensión y diversificación del modelo en el continente.
En su reporte de abril de 2025, Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC) detalló cómo estas alianzas permiten a los grupos mexicanos acceder a rutas seguras de distribución y aprovechar estructuras logísticas ya establecidas.
La cooperación se basa en la complementariedad: los cárteles aportan experiencia en producción, manipulación y transporte de drogas, mientras que las mafias locales controlan la distribución, el blanqueo de dinero y la protección territorial. Esta división de tareas ha reducido el conflicto y ha fortalecido la eficiencia del tráfico de drogas en la región.
Se trata de un modelo flexible, que reduce riesgos para los mexicanos y les permite mantener ganancias millonarias sin exponerse directamente a la represión europea.
Además, este modelo se sostiene en una sofisticación financiera que incluye el uso de criptomonedas, empresas fachada y sistemas bancarios clandestinos para lavar y mover grandes cantidades de dinero. Esta estructura financiera compleja facilita la permanencia y expansión de las operaciones mexicanas en Europa.
Viejas amenazas, nuevas tendencias

Ludmila Quirós, politóloga experta en tráfico de drogas en Europa y profesora de la Universidad La Sapienza en Italia, señala a la BBC que los cárteles mexicanos no han desistido en sus empeños de establecerse y operar a pesar de los obstáculos que han encontrado. “Es una vieja amenaza, con nuevas tendencias”.
La experta explica que la pandemia de covid-19 representó un momento crucial para los cárteles mexicanos, ya que las restricciones y el confinamiento redujeron significativamente la demanda interna de drogas. Esta situación los llevó a replantear su estrategia y buscar activamente nuevos mercados fuera de México y Estados Unidos, impulsándolos a expandir sus operaciones hacia Europa.
Quirós añade que el conocimiento logístico y la experiencia en la producción de drogas sintéticas han permitido a los cárteles aprovechar un as bajo la manga que las mafias europeas no habían desarrollado por completo: la eficaz producción local de metanfetamina.
La politóloga advierte que la participación de los cárteles mexicanos en Europa aún es pequeña en comparación con otros grupos, y que el mercado de las drogas sintéticas es menor al de la cocaína, que sigue siendo la droga de mayor consumo en el continente. Sin embargo, reconoce que se trata de una amenaza creciente.
Bajo perfil

Pese a la magnitud del fenómeno, la presencia de cárteles mexicanos en Europa no siempre es visible para el público; según la EUDA, su modus operandi se caracteriza por bajo perfil, a diferencia de México.
El principal riesgo para Europa no solo es el incremento del tráfico y consumo de sustancias peligrosas, sino la posible escalada de violencia. Las autoridades temen que, al igual que en América Latina, los conflictos por rutas, deudas o traiciones entre socios locales y mexicanos puedan derivar en homicidios, secuestros y atentados.
Las ciudades de Amberes, Marsella, Rotterdam y Barcelona ya han sido señaladas como puntos rojos por su cercanía a puertos clave o por haber registrado actividades violentas vinculadas al narcotráfico internacional.