El increíble ‘Caso Nadia’: una niña enferma, mentiras rentables y sospechas de pederastia

Los Mossos d’Escuadra (agentes del cuerpo policial de Cataluña) han encontrado fotografías de carácter sexual de la niña Nadia Nerea en un ‘pendrive’ de su padre. Sin embargo, y por grave que pueda ser, este es tan sólo el último episodio de una sórdida historia de explotación y mentiras: el llamado Caso Nadia, que lleva más de un mes sorprendiendo y escandalizando a España.

Nadia Nerea es una niña de 11 años aquejada de una rara enfermedad genética llamada tricotiodistrofia. Su caso saltó a los medios de comunicación en 2008 porque su padre, llamado Fernando Blanco, se encargó de orquestar varias campañas de recogida de fondos utilizando a los medios de comunicación para contar la triste historia de su hija. En su relato siempre exageraba la gravedad de la enfermedad y el estado terminal de la niña para justificar las cantidades de dinero que pedía. Poco después ha quedado demostrado que casi todo el dinero recaudado (unos 900.000 euros en total a lo largo de ocho años) sirvió para financiar un estilo de vida en el que no faltan caprichos: viajes, hoteles, restaurantes y electrodométicos de alta gama; en cambio, una ínfima parte (apenas unos 2000 euros) se utilizó para financiar la medicación de Nadia.

Mentiras conmovedoras, dinero fácil

Programas de televisión y periódicos de tirada nacional (como ‘El Mundo’, que se vió obligado a publicar un editorial y pedir disculpas a sus lectores tras dejarse engañar por el padre de Nadia) participaron en las emotivas campañas solidarias para ayudar a la niña enferma. Famosos periodistas españoles y hasta el cantante Alejandro Sanz colaboraron a través de Twitter. Fernando Blanco paseaba a su hija por los platós de televisión enterneciendo a todo el mundo y embolsándose cantidades de dinero que supuestamente gastaría en inminentes y costosas operaciones en Houston (Estados Unidos) a manos de los mayores expertos del planeta.

Según su relato, había viajado con Nadia por todo el mundo en busca de profesionales que pudieran curarla: Guatemala, India, Panamá, Rusia, Brasil, Argentina, Finlandia, Cuba, Chile… incluso llegó a contar que la niña y él pasaron un mes en Afganistán, «bajo las bombas», para localizar «en una cueva» a uno de los mayores expertos del planeta en el tratamiento de la tricotiodistrofia. Una investigación del diario ‘El País’ destapó la farsa. En uno de los múltiples artículos que han dedicado al ‘Caso Nadia’, explican: «El relato del padre sobre la supuesta cura de Nadia es falso, según ha demostrado una investigación realizada por ‘El País’. Blanco asegura que ha reclutado a un ‘grupo secreto’ de científicos de élite, entre ellos, investigadores ‘militares’, de los que se niega a dar el nombre. Los ha perseguido por todo el mundo, dice, y se encuentran periódicamente en Houston para tratar el caso de Nadia».

Según su padre, que gusta de añadir detalles truculentos a los relatos que inventa sobre el supuesto tratamiento de su hija, la operación que la curaría consiste en «una manipulación genética prohibida en España» a través de «tres agujeros en la nuca». Los expertos consultados al respecto por ‘El País’ subrayan lo absurdo de esta afirmación y uno en particular, el doctor Lluis Montoliu, especialista en la búsqueda de tratamientos para las enfermedades raras, considera que «lo de los agujeros en la nuca y lo de la cueva de Afganistán son detalles de cómic».

Fin del juego: se descubre la mentira

El 5 de Diciembre de 2016, tres días después de la publicación en ‘El País’ de la presunta estafa, un juzgado de instrucción de la provincia de Lleida (donde reside Nadia con sus padres) ordena que se inmovilicen las cuentas de la familia. El juez solicita también el historial médico de la menor (donde habrían de figurar todas las supuestas operaciones a las que iba destinado el dinero solidario) para que sea estudiado por un forense. La intención del juez instructor era comprobar la enfermedad de la niña y la gestión que se ha hecho de los fondos que ha recibido.

El padre de la menor se encuentra en prisión desde entonces, después de ser detenido «huyendo de un control policial de la comarca de la Cerdanya (Cataluña), con una pistola de fogueo, 1.450 euros, relojes y dispositivos electrónicos de alta gama)», según informa ‘ESdiario’. Está acusado, en definitiva, de haber utilizado a su hija para conseguir dinero a través de donaciones. El juez que investiga por estafa a Fernando Blanco y a la madre de Nerea, Marga Garau, fijó en 1,2 millones de euros la fianza. Tal como explica ‘El País’: «El juez retiró la guardia y custodia de la menor a sus padres. Desde entonces, la niña está con sus tíos, en Mallorca, hasta que haya una sentencia firme o la situación varíe».

El estudio de los movimientos bancarios reveló que el dinero se había utilizado en compras en centros comerciales, viajes, hoteles, restaurantes y comercio electrónico, así como en sufragar el alquiler de la casa familiar (9.000 euros al año) y la compra de un coche valorado en 24.500 euros.

Posible explotación sexual

Por si todo lo sabido hasta ahora fuera poco, aparece en escena un desolador hallazgo de los Mossos d’Escuadra: un ‘pendrive’, incautado en los registros domiciliarios al padre de la menor, que contiene fotografías de carácter sexual protagonizadas por la pequeña Nadia Nerea.

Cuando presentaron las fotografías al juez, los agentes ya indicaron de que las fotografías podían constituir delitos de «elaboración y tenencia de pornografía infantil, así como de exhibicionismo y provocación sexual», según recoge ‘El País’. El juez procedió inmediatamente a iniciar otra investigación sobre Fernando Blanco por los delitos de «provocación sexual y explotación sexual». En un comunicado, el magistrado indica que las imágenes no constituyen «una simple sospecha, sino la constancia y evidencia de claros indicios objetivados de participación de la persona investigada (el padre) en la comisión de los referidos delitos».

Los padres de la menor han sido llamados a declarar y tendrán que hacerlo este próximo viernes por la mañana. De momento, Alberto Martín, el abogado encargado de la defensa de la familia ha alegado en la mañana de este martes que algunas de las fotografías se tomaron «para el seguimiento dermatológico» de la enfermedad que padece Nadia.

Turbios antecedentes

Lo cierto es que el pasado judicial de Fernando Blanco no inspira demasiada confianza. Más bien, al encajar aquellas piezas con las que componen el perturbador ‘Caso Nadia’ aparece el dibujo de un perfil ciertamente turbio, un estafador compulsivo dado al engaño, a la estafa y al enriquecimiento ilícito.

En 1994 Fernando Blanco era delegado de Cobega, una distribuidora de Coca-Cola que operaba en las Islas Baleares. Se instala en Menorca y empieza a hacer su trabajo, cobrando un buen sueldo; pero él quiere más. En 1997 la empresa descubre que Fernando que ha estado robando mucho dinero (al menos 120.000 euros); le despiden inmediatamente y le denuncian. Tres años después es condenado, por apropiación indebida y falsedad documental, a cuatro años y diez meses de cárcel.

No es la única mancha en el historial de Fernando: una hipoteca impagada, varios embargos de vehículos, altercados con la policía… Es este hombre, que además se ha lucrado con la enfermedad de su propia hija, y que parece tener fotos pornográficas de ella misma, quien deberá convencer al juez de su inocencia si quiere abandonar la cárcel en la que ahora se encuentra preventivamente, dado el alto riesgo de fuga que existe. Sin ir más lejos, en una de las conversaciones intervenidas por la policía el día antes de su detención, le dijo a su mujer: «Voy a buscarte y nos vamos».

                                                         
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