Documentos desclasificados por una corte neoyorquina donde será enjuiciado confirman que el ex mandatario se codeaba con los narcos más importantes de su país desde que era presidente del Congreso
infobae.com
Juan Orlando Hernández no tenía ni seis meses de haber jurado como presidente del Congreso en Honduras cuando viajó a Sudáfrica, en 2010, para asistir a los partidos que la selección de su país, clasificada por segunda vez a una Copa del Mundo, jugaría ahí. Al político lo acompañaba, entre otros, Miguel Arnulfo Valle, entonces líder de uno de los carteles más importantes de tráfico de cocaína en Centroamérica.
Arnulfo Fagot, otro de los narcos que viajaba en la comitiva, no pudo quedarse hasta el final para ver a la selección de su país: un asunto urgente lo hizo devolverse a Honduras. De acuerdo con el testimonio que Miguel Arnulfo Valle dio en una corte estadounidense, Fagot suspendió su viaje para recibir un cargamento de siete toneladas de cocaína que estaba por llegar a las costas hondureñas. En documentos judiciales introducidos en una corte estadounidense consta que Juan Orlando Hernández estuvo presente en conversaciones en que Fagot y Valle explicaron los motivos del abrupto regreso del primero a Honduras.
Nuevos datos sobre las andanzas de Hernández con los narcotraficantes de su país salieron a la luz esta semana en documentos desclasificados por un tribunal de Nueva York, donde el ex presidente hondureño espera un juicio por tráfico de cocaína y de armas.
En un paquete de esos documentos, publicados por Pro-Honduras Network (Prohn), un centro de investigación hondureño basado en Washington, DC, consta que JOH, como se conoce al ex mandatario, se codeaba con Miguel Arnulfo Valle Valle, del cartel de Los Valle y uno de los operadores más importantes del Cartel de Sinaloa en Honduras, desde principios de la década pasada. Fue el mismo Miguel Arnulfo Valle el que confirmó que tanto Hernández como otro ex presidente de Honduras, Rafael Leonardo Callejas, viajaron a Sudáfrica junto a miembros del cartel hondureño, según los documentos publicados por Prohn.
Valle fue detenido en Honduras en 2014 en un operativo ejecutado por el exdirector de la Policía Nacional, Ramón Sabillón, quien es hoy ministro de seguridad en el gobierno de la presidenta Xiomara Castro. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) apoyó la operación para capturar al capo, la cual se llevó a cabo a espaldas de Hernández, quien para entonces ya era presidente de Honduras.
Tras su captura, Valle ha servido como testigo en juicios a otros narcotraficantes hondureños en Estados Unidos. Así ocurrió en el caso de Fagot, quien fue, a principios de la década 2010, uno de los grandes proveedores de droga procedente de Colombia a los carteles hondureños. Valle aseguró, en el juicio, que Fagot tenía una finca y pistas clandestinas para el aterrizaje de aeronaves en La Mosquitia, una región remota y selvática de Honduras que es el principal punto de llegada de narcoaviones en Centroamérica.
Cuando Valle, Fagot y Hernández estaban en Sudáfrica 2010, Fagot recibió una llamada de sus proveedores en la que le avisaba que una carga importante estaba por llegar a las costas de La Mosquitia en el Caribe hondureño. El narco tenía que ir personalmente a supervisar la entrega.
Cuestionado por la fiscalía en el juicio a Fagot, Valle explicó cómo funcionaba el negocio del narco en Honduras a principios de la década pasada y reveló las razones por las que Arnulfo Valle tuvo que dejar el hotel de Sudáfrica en el que se hospedó con los políticos más poderosos de su país.
– “Habló con don Arnulfo Fagot mientras estuvieron en la Copa del Mundo en Sudáfrica”, preguntó uno de los fiscales al testigo.
– “Sí, señor”, respondió, escueto, Valle.
– “Socializaba con él”
– “Sí, nos quedamos en el mismo hotel”
– “¿Se quedó don Arnulfo en Sudáfrica todo el tiempo que duró la Copa del Mundo?”, insistió el fiscal.
– “No, señor”
– “¿Sabe por qué no?”
– “Tuvo que irse antes que nosotros”
– “¿Por qué se fue antes que ustedes?”
– “Porque un submarino con 7,000 kilos de cocaína llegaría a Honduras y él tenía que ir a recibirlos”, explicó Miguel Arnulfo Valle.
– “¿Cómo sabía usted eso?”
– “Él me lo dijo”
El extenso testimonio de Valle en el juicio a Fagot arroja nuevas pistas sobre las formas en que los narcos hondureños hacían negocios entre ellos, sobre las rutas que la cocaína seguía por Honduras desde que aterrizaba en La Mosquitia hasta que salía hacia Guatemala por el fronterizo departamento de Copán, que Los Valle controlaban. Las palabras del capo en la corte también traen nueva luz a la profunda implicación del Partido Nacional de Juan Orlando Hernández en todo el asunto.
Rafael Leonardo Callejas, el ex presidente que viajo a Sudáfrica con JOH y los narcos, también fue miembro del Partido Nacional y gobernó Honduras entre 1990 y 1994. A principios de los 2000 Callejas fue electo como presidente de la federación hondureña de fútbol, de la que renunció tras resultar implicado en el escándalo de corrupción global de la FIFA, el organismo rector del balompié en el mundo. Fue condenado por recibir sobornos y murió en 2020 mientras esperaba su sentencia.
Cuando Callejas y Hernández viajaron a Sudáfrica con Miguel Arnulfo Valle y sus lugartenientes, Honduras acababa de pasar, en 2009, un golpe de Estado que depuso al presidente liberal Manuel Zelaya. En 2010, el opositor Partido Nacional volvió a consolidarse en el poder, con Juan Orlando al frente del Congreso y Porfirio Lobo Sosa como presidente del país. A la postre, Lobo y Hernández terminaron su vida política con serios señalamientos de ser cómplices del narcotráfico y, en el caso del segundo, con un proceso judicial que lo mantiene preso en los Estados Unidos.
En 2010, Miguel Arnulfo Valle ya era uno de los principales capos del narcotráfico en Honduras. Su familia encabezaba un consorcio de traficantes que hacía tratos con el Cartel de Sinaloa y controlaba la salida de un 80% de la cocaína que pasaba entonces por Honduras hacia el norte, según cálculos que la DEA ha hecho públicos.
Cuando la comitiva de políticos y narcos hondureños volvió de Sudáfrica, el mapa de crimen organizado empezaba a cambiar en el país centroamericano. En los siguientes tres años, el poder de Juan Orlando Hernández se consolidaría mientras iniciaba el ocaso de Los Valle Valle.
Una alianza que se rompió
La temperatura apenas subía de los cero centígrados la tarde del 28 de noviembre de 2018 cuando Miguel Arnulfo Valle Valle se sentó en la corte distrital de Virginia a dar testimonio sobre sus tratos con Arnulfo Fagot-Máximo, el “Tocayo”, quien era juzgado por narcotráfico en el tribunal estadounidense.
Durante un receso, juez y partes abordaron un tema incómodo para la fiscalía: el violento pasado de Valle, el testigo estrella, y cómo este afectaba su credibilidad en el estrado. La fiscalía pidió limitar la exposición de información sobre los asesinatos en que Valle había estado implicado en Honduras; después de todo, argumentaron los fiscales, el narco ya había sido condenado dos veces por sus crímenes de tráfico. El juez accedió en aras de conocer más sobre el rol de Fagot-Máximo en el mapa del narcotráfico en Honduras.
Valle, quien había pactado con la fiscalía revelar más información a cambio de reducciones en sus sentencias, explicó con bastante detalle cosas que, en 2018, no era del todo públicas en Honduras. Confirmó, por ejemplo, que a principios de 2010 eran dos las grandes organizaciones de narcotráfico las que controlaban el paso de la cocaína por Honduras. Los Cachiros mandaban desde La Mosquitia, en el este, hasta La Ceiba, una ciudad ubicada en el litoral norte del país a medio camino entre la frontera con Nicaragua y el límite con Guatemala. De La Ceiba hacia Copán, en el extremo occidental, dominaban Los Valle.
Miguel Arnulfo Valle reveló que Rodolfo Vergara, un operador colombiano también conocido como El Cinco, era uno de los principales proveedores de droga en aquellos tiempos. Era él quien fletaba entregas masivas de cocaína que aterrizaban en La Mosquitia, como la de 7 toneladas que recibió Fagot-Máximo en pleno Mundial de Sudáfrica.
Fagot era uno de los intermediarios, con quienes los clanes Valle y Cachiros hacían dos tipos de tratos. O les compraban toda la droga recibida y luego ellos se la vendían a los traficantes guatemaltecos que servían al Cartel de Sinaloa en el norte. O lo hacían como empresa compartida: los clanes asumían la mayor parte de la responsabilidad del traslado, pero los intermediarios se hacían cargo de sacar la droga de La Mosquitia a cambio del 12% del cargamento, pagadero en dinero o en especies. Valle lo explicó así en la corte de Virginia: en una ocasión, Fagot-Máximo, recibió 1,200 kilos de cocaína en La Mosquitia y los movió hasta un punto cercano a La Ceiba, donde empleados de Los Valle los recogieron para llevarlos a Copán; a cambio, Fagot se quedó con 144 kilos.
Valle también explicó que José Manuel López Morales, un guatemalteco conocido como Che Morales, era uno de los principales compradores de la cocaína en Chiquimula y Zacapa, los departamentos del sureste de Guatemala fronterizos con Honduras. Che Morales fue detenido y juzgado por narcotráfico en Estados Unidos en 2017.
Otra socia de Los Valle, en el norte de Guatemala, fue la guatemalteca Sebastiana Cotton Vásquez, quien controlaba el paso de la droga en Malacatán, en la zona fronteriza con México. Todos, declaró Miguel Arnulfo Valle, trabajaban entonces para el Cartel de Sinaloa.
Otros testimonios anexos en procesos judiciales contra políticos y narcotraficantes hondureños en Estados Unidos completan la historia que Valle dibujó en su testimonio en Virginia en 2018. Es una historia de complicidades y traiciones.
En 2022, cuando ya Juan Orlando Hernández había sido extraditado a Estados Unidos tras ser capturado en Tegucigalpa, la DEA hizo pública una foto a la que uno de sus agentes había accedido durante la investigación al narcotraficante Noé Montes Bobadilla, a quien Miguel Arnulfo Valle también se refirió como uno de sus proveedores durante el juicio a Arnulfo Fagot en 2018.
La foto expuesta por la DEA confirma lo que Valle había dicho sobre los políticos hondureños. En ella aparece Juan Orlando Hernández junto al capo de Los Valle Valle en un estadio durante el Mundial Sudáfrica 2010. Es, en realidad, la foto de un teléfono Black Berry, en cuya pantalla aparece un grupo de cuatro personas que saludan a la cámara. En el extremo derecho, enfundado con una gorra, camiseta y chaqueta de la selección hondureña, está Miguel Arnulfo Valle, sonriente, con el dedo pulgar de su mano izquierda levantada y su brazo derecho alrededor del hombre que está junto a él, Juan Orlando Hernández, entonces presidente del Congreso de Honduras, también ataviado con parafernalia de la H, como se conoce al equipo nacional.
No duraría mucho aquella camaradería, pero sí lo suficiente para que Hernández se beneficiara de su relación con los Valle Valle en su camino a la presidencia de Honduras.
Entre 2011 y 2013, JOH y su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández se valieron de Alexander Ardón, alcalde del Partido Nacional en El Paraíso, Copán, y narcotraficante, para afianzar tratos con Los Valle. Diversas fuentes que Infobae ha consultado en Honduras en los últimos años, entre ellas funcionarios de inteligencia policial y de la fiscalía, han confirmado que Ardón fue el puente entre los narcos y los Hernández, y que a través de él el Partido Nacional recibió dinero de la cocaína para financiar campañas de diputados, alcaldes y la presidencial que acabaría poniendo a JOH al frente del poder Ejecutivo.
Para 2013, de acuerdo con estas investigaciones, Tony Hernández vio una oportunidad de desplazar a Los Valle a través de una extradición a Estados Unidos. Ardón llevó mensajes entre unos y otros durante un buen tiempo hasta que, en 2014, llevó la advertencia final a Los Valle: “Váyanse”, les dijo según relató a Infobae un investigador hondureño que siguió la pista a los narcos del occidente de su país durante una década, “el hombre (el presidente) los va a matar”.
En octubre de 2014, el general Ramón Sabillón, entonces director de la policía hondureña, desplegó un discreto operativo para capturar a Los Valle; lo hizo sin informar a casa presidencial. Sabillón detuvo a Miguel Arnulfo Valle y a su hermano, Luis Valle, en las montañas que circundan El Espíritu, la aldea de Copán de la que son originarios y en la que tenían su cuartel general, y los llevó a Tegucigalpa. Fue ahí que uno de los hermanos le confirmó al general algo que él sospechaba desde algún tiempo: los Hernández estaban metidos hasta la cabeza con los narcos. Parte de la droga que se movía en Copán, dijeron Los Valle, era de “el hombre”.
Al poco tiempo Sabillón fue destituido y tuvo que abandonar Honduras por temor a que lo mataran. Volvió a principios de 2022 para formar parte del gabinete de la recién electa Xiomara Castro. En febrero, el general dirigió personalmente el operativo de captura de Juan Orlando Hernández en Tegucigalpa. Hoy, el expresidente hondureño espera juicio por narcotráfico en Nueva York. Buena parte de las pruebas son testimonios como el que Miguel Arnulfo Valle dio sobre el viaje a Sudáfrica 2010.