Los hábitos al momento de comer determinan nuestra salud mental , de acuerdo a un nuevo estudio científico.
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Pocas veces se ha mencionado la incidencia del consumo prolongado de alimentos procesados como uno de los factores que podría estar asociado al deterioro cerebral y a enfermedades neurodegenerativas que se profundizan con el tiempo, como la demencia y el Alzheimer. Sin embargo, nuevos estudios científicos publicados recientemente, dan cuenta de cómo la mala nutrición afecta de forma paulatina a la salud general, donde el cerebro no queda exento.
Se sabe, desde el polo opuesto, por ejemplo, que la ingesta de esenciales y omega 3 tienen un efecto positivo en el organismo y también en el cerebro. Por lo tanto, a diferencia de los alimentos procesados colaboran a reducir el riesgo de padecer un deterioro cognitivo y con ellos, el desarrollo de patologías más severas, como las que mencionamos: la demencia y el Alzheimer.
De acuerdo a un estudio reciente, entre los efectos dañinos de comer alimentos procesados, aparece el riesgo de causar “importantes déficits de memoria”, en tan sólo cuatro semanas. El equipo de expertos detectó que consumo de esta variante de alimentos que poseen agentes tóxicos para la salud humana (altos niveles de conservantes, aditivos, endulzantes, acidulantes colorantes, grasas nocivas, sodio o azúcares, entre otros compuestos), provocan una inflamación en el cerebro.