Daño cognitivo por covid-19 equivale a 20 años de envejecimiento, revela estudio

El deterioro cognitivo es similar al sostenido entre los 50 y los 70 años y equivale a perder 10 puntos de coeficiente intelectual; los síntomas incluyen fatiga, “niebla mental”, problemas para recordar palabras, trastornos del sueño, ansiedad e incluso trastorno de estrés postraumático (TEPT)

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – La enfermedad covid-19 grave provoca un deterioro cognitivo similar al sostenido entre los 50 y los 70 años, y equivale a perder 10 puntos de coeficiente intelectual, de acuerdo con una nueva investigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge y el Imperial College de Londres (Reino Unido), publicado en la revista eClinicalMedicine.

De acuerdo con un artículo publicado en The Conversation el 4 de mayo por el profesor de Neurociencias restaurativas en el Imperial College London, Adam Hampshire y el profesor y jefe de División de Anestesia de la Universidad de Cambridge, David Menón, se señaló que “los efectos aún son detectables más de seis meses después de la enfermedad aguda y la recuperación es, en el mejor de los casos, gradual”

Los síntomas incluyen fatiga, “niebla mental”, problemas para recordar palabras, trastornos del sueño, ansiedad e incluso trastorno de estrés postraumático (TEPT), aun meses después de la infección.

Puso como ejemplo que, en el Reino Unido, un estudio encontró que alrededor de una de cada siete personas encuestadas dijeron tener síntomas que incluían dificultades cognitivas 12 semanas después de una prueba positiva de covid-19.

Y un estudio reciente de imágenes cerebrales encontró que incluso el haber padecido covid-19 de manera leve puede hacer que el cerebro se encoja. Solo 15 de las 401 personas del estudio habían sido hospitalizadas, indicó The Conversation, una publicación independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

“Los hallazgos incidentales mostraron que los casos leves pueden conducir a síntomas cognitivos persistentes. Sin embargo, estos problemas parecen aumentar con la gravedad de la enfermedad. De hecho, se ha demostrado de forma independiente que entre un tercio y las tres cuartas partes de los pacientes hospitalizados informan que sufren síntomas cognitivos entre tres y seis meses después”, reiteró.

La magnitud de estos problemas y los mecanismos responsables siguen sin estar claros, pero desde antes de la pandemia de coronavirus se sabía que un tercio de las personas que tienen un episodio de enfermedad que requiere ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) presentan déficits cognitivos objetivos seis meses después del ingreso.

Se cree que esto es una consecuencia de la respuesta inflamatoria asociada con la enfermedad crítica, y los déficits cognitivos observados en covid-19 y bien podrían ser un fenómeno similar. También hay evidencia de que el SARS-CoV-2, el virus que causa el coronavirus puede infectar las células cerebrales. Tampoco se puede excluir la infección viral directa del cerebro.

“Otros factores, como la hipoxia (niveles bajos de oxígeno en la sangre), también pueden influir. Tampoco estaba claro si los problemas generalizados de salud psicológica informados después de la COVID formaban parte del mismo problema que los déficits cognitivos objetivos o representaban un fenómeno diferente”, agregó.

Para llegar a estos análisis y conclusiones, analizaron datos de 46 expacientes con covid-19. Todos habían recibido atención hospitalaria, en la sala o en la UCI, por covid-19 en el Hospital Addenbrooke en Cambridge, Inglaterra.

“Los participantes se sometieron a pruebas cognitivas computarizadas detalladas un promedio de seis meses después de su enfermedad aguda utilizando la plataforma Cognitron. Esta plataforma de evaluación está diseñada para medir con precisión diferentes aspectos de las facultades mentales, como la memoria, la atención y el razonamiento, y se utilizó en el estudio de ciencia mencionado anteriormente”, añadió.

También midieron los niveles de ansiedad, depresión y Transtorno de Estrés Post Traumático (TEPT) y los datos de los participantes del estudio se compararon con controles emparejados: personas del mismo sexo, edad y otros factores demográficos, pero que no fueron hospitalizados con coronavirus.

“Los sobrevivientes de coronavirus fueron menos precisos y reaccionaron más lentamente que los controles emparejados. Los efectos aumentaron con la gravedad de la enfermedad aguda y los marcadores de inflamación y fueron más fuertes para quienes requerían ventilación mecánica, pero también fueron sustanciales para quienes no la requirieron”, agregó.

Al comparar a los pacientes con 66 mil 8 miembros del público, estimaron que la magnitud de la pérdida cognitiva es similar en promedio a la sostenida con 20 años, entre los 50 y los 70 años, destacó el estudio y agregó que esto equivale a perder diez puntos de coeficiente intelectual.

Los sobrevivientes obtuvieron puntajes particularmente bajos en tareas como «razonamiento analógico verbal» y velocidades de procesamiento más lentas, disminución del consumo de glucosa cerebral en áreas clave del cerebro responsables de la atención, la resolución de problemas complejos y la memoria de trabajo, apuntó.

“Si bien las personas que se han recuperado de una COVID grave pueden tener un amplio espectro de síntomas de mala salud mental (depresión, ansiedad, estrés postraumático, baja motivación, fatiga, mal humor y trastornos del sueño), estos no estaban relacionados con los déficits cognitivos objetivos, sugiriendo diferentes mecanismos”, apuntó.

La causa puede ser la infección viral directa, pero es poco probable que sea la más importante. Lo más probable es que sea una combinación de factores, incluido el suministro inadecuado de oxígeno o sangre al cerebro, el bloqueo de vasos sanguíneos grandes o pequeños debido a la coagulación y hemorragias microscópicas, resaltó.

“La evidencia emergente sugiere que el mecanismo más importante puede ser el daño causado por la respuesta inflamatoria y el sistema inmunitario del cuerpo. La evidencia anecdótica de los médicos de primera línea respalda esta inferencia de que algunos problemas neurológicos pueden haberse vuelto menos comunes desde el uso generalizado de corticosteroides y otras drogas que suprimen la respuesta inflamatoria”, indicó.

Independientemente de lo anterior, es posible que muchas personas con covid-19 no hayan recibido tratamiento hospitalario a pesar de la enfermedad grave debido a la presión sobre la atención médica durante las olas pandémicas pico.

“Esto significa que hay muchas personas que aún experimentan problemas cognitivos muchos meses después. Necesitamos urgentemente ver qué se puede hacer para ayudar a estas personas. Actualmente se están realizando estudios para abordar este problema”, consideró.

                                                         
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