Biden hace visita sorpresa a Ucrania y lanza un llamado junto a Zelenski: «Kiev resiste»

Biden pasó más de cinco horas en la capital de Ucrania. Se reunió con Volodimir Zelenski en el Palacio Mariinsky, rindió homenaje a los soldados caídos del país y se entrevistó con el personal de la embajada estadunidense.

proceso.com.mx

KIEV, Ucrania (AP) — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo una visita no anunciada a Kiev el lunes para reunirse con el presidente, Volodimir Zelenski, en un llamativo gesto de solidaridad unos días antes de que se cumpla un año de la invasión rusa en el país

Biden pasó más de cinco horas en la capital de Ucrania. Se reunió con Volodimir Zelenski en el Palacio Mariinsky, rindió homenaje a los soldados caídos del país y se entrevistó con el personal de la embajada estadunidense.

En su comparecencia junto a Volodimir Zelenski, Biden recordó los temores de hace casi un año sobre que las fuerzas rusas pudieran tomar con rapidez la capital ucraniana. “Un año más tarde, Kiev resiste”, dijo Biden, que alzó un dedo en gesto en énfasis en un espacio decorado con banderas estadounidenses y ucranianas. “Y Ucrania resiste. La democracia resiste. Los estadounidenses se alzan con ustedes y el mundo se alza con ustedes”.

La visita se producía en un momento crucial de la guerra, en el que Biden intenta mantener a los aliados unidos en su apoyo a Ucrania y se espera que ambos lados redoblen los combates con ofensivas de primavera. Volodimir Zelenski presiona a sus aliados para que aceleren la entrega de sistemas armamentísticos prometidos y ha pedido que Occidente proporcione cazas a Ucrania, algo que por ahora Biden ha rechazado.

Biden anunció en Kiev una partida adicional de 500 millones de dólares en ayuda estadounidense, que incluiría proyectiles para lanzadores de obuses, misiles antitanque, radares de vigilancia aérea y otra asistencia, pero no nuevas armas avanzadas.

Ucrania también ha pedido sistemas que permitan a sus fuerzas alcanzar objetivos rusos que se han alejado de las zonas del frente, fuera del alcance de los misiles HIMARS ya proporcionados. Volodimir Zelenski dijo que había hablado con Biden sobre “armas de largo alcance y las armas que aún podrían entregarse a Ucrania aunque no se hayan suministrado antes”, pero no detalló nuevos compromisos.

“Nuestras negociaciones fueron muy fructíferas”, añadió Zelenski.

Biden pudo ver un atisbo del terror con el que viven los ucranianos desde hace casi un año, ya que las sirenas antiaéreas sonaron en la capital justo cuando los dos mandatarios salían de una visita en la Catedral de San Miguel. Con aspecto solemne, continuaron imperturbables para colocarse ante un muro con homenajes a soldados ucranianos caídos desde 2014.

La misión de Biden con su visita a Kiev, antes de un viaje anunciado a Varsovia, era subrayar que Washington está dispuesto a mantenerse junto a Ucrania “todo el tiempo que haga falta” para repeler a las fuerzas rusas, aunque los sondeos de opinión pública apuntan a que el apoyo en Occidente a proporcionar armamento y ayuda económica directa empieza a reducirse. Para Zelenski, el simbolismo de tener a un presidente de Estados Unidos a su lado en tierra ucraniana poco antes del aniversario no era un detalle menor, mientras insistía a sus aliados en Estados Unidos y Europa para que proporcionen más armamento avanzado y aumenten el ritmo de las entregas.

“Me pareció que era crucial que no hubiera ninguna duda, ninguna en absoluto, sobre el apoyo estadounidense a Ucrania en la guerra”, dijo Biden.

El viaje también suponía un desafío al presidente de Rusia, Vladímir Putin, que había confiado en que su ejército tomaría Kiev en cuestión de días. Biden recordó haber hablado con Zelenski la noche de la invasión y dijo que “esa oscura noche hace un año, el mundo se preparaba literalmente para la caída de Kiev. Quizá incluso para el final de Ucrania”.

Un año más tarde, la capital ucraniana sigue bajo firme control ucraniano y algo parecido a la normalidad ha regresado a la ciudad conforme los combates se concentraban en el este del país, pese a los ataques con drones y misiles de crucero contra infraestructura civil y militar.

Biden advirtió que la “guerra brutal e injusta” está lejos de haberse ganado. “El coste que ha tenido que pagar Ucrania ha sido extraordinariamente alto. Y los sacrificios han sido demasiado grandes”, dijo Biden. “Sabemos que habrá días y semanas y años muy difíciles por delante. Pero el objetivo de Rusia era borrar Ucrania del mapa. La guerra de conquista de Putin está fracasando”.

“Él cuenta con que no nos mantengamos unidos”, dijo Biden sobre el mandatario ruso. “Él pensaba que podía aguantar más que nosotros. No creo que piense eso ahora mismo. Dios sabe en qué piensa, pero no creo que piense eso. Pero simplemente se equivoca por completo. Se equivoca por completo».

El viaje ofrecía a Biden la oportunidad de ver de primera mano la devastación que ha llevado a Ucrania la invasión rusa. Miles de soldados y civiles ucranianos han muerto, millones de refugiados han huido de la guerra y Ucrania ha sufrido daños en infraestructura por valor de decenas de miles de millones de dólares.

Biden prometió apoyo de largo plazo a Ucrania por “el tiempo que haga falta”. Zelenski respondió en inglés “lo haremos”.

El presidente de Ucrania, con su sudadera negra habitual durante la guerra, dijo a través de un intérprete que la “amplia conversación” en su reunión “nos acerca a la victoria”, que esperaba que se produjera este año.

“Ahora mismo se decide en Ucrania (…) el destino del orden nacional”, dijo Zelenski. Añadió palabras de gratitud para Biden y el pueblo estadounidense por su apoyo. “Ucrania está agradecida con usted, señor presidente, con todos los ciudadanos estadounidenses, con todos los que atesoran la libertad tanto como nosotros”.

Aunque los misiles tierra-aire occidentales han reforzado las defensas ucranianas, resulta inusual que un presidente de Estados Unidos viaje a una zona de conflicto donde Estados Unidos o sus aliados no tienen el control del espacio aéreo. En un primer momento no estaba claro si Estados Unidos había notificado con antelación el viaje a Moscú para evitar cualquier error de cálculo que pudiera llevar a las dos naciones a un conflicto directo.

El ejército estadounidense no tiene presencia en Ucrania salvo por un pequeño equipo de infantes de Marina que protege la embajada en Kiev, lo que hacía la visita de Biden más complicada que otros desplazamientos recientes de mandatarios estadounidenses a zonas de guerra.

Aviones estadounidenses de reconocimiento, como un radar aéreo E-3 Sentr y una aeronave RC-135W Rivet Joint, vigilaban Kiev desde el espacio aéreo polaco mientras Biden estaba en Ucrania.

Había especulaciones desde hacía semanas sobre que Biden podría visitar Ucrania cerca del aniversario de la invasión rusa el 24 de febrero. Pero la Casa Blanca había reiterado que no había planes de un viaje presidencial a Ucrania, incluso después de que se anunciara la visita a Polonia este mes.

En la Casa Blanca, los preparativos se limitaron a un grupo relativamente pequeño de funcionarios por motivos de seguridad.

Biden salió con discreción de la Base Conjunta de Andrews cerca de Washington poco después de las 4 de la madrugada del domingo e hizo una parada en la Base Aérea de Ramstein antes de dirigirse a Ucrania.

Otros mandatarios occidentales han visitado Kiev desde el inicio de la guerra.

En junio, el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y el entonces primer ministro de Italia, Mario Draghi, viajaron juntos en un tren nocturno para reunirse en Kiev con Zelenskyy. El primer ministro británico, Rishi Sunak, viajó a Kiev en noviembre poco después de asumir el cargo.

Esta es la primera visita de Biden a una zona de guerra como presidente. Sus predecesores más recientes, Donald Trump, Barack Obama y George W. Bush, hicieron visitas no anunciadas a Afganistán e Irak durante sus mandatos para reunirse con tropas estadounidenses y los líderes de esos países.

                                                         
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