Los investigadores analizaron más de mil 800 sustancias químicas –a las que los humanos pueden estar expuestos– e identificaron químicos que dañaban selectivamente a los oligodendrocitos del cerebro, célula que genera un aislamiento protector alrededor de las células nerviosas.
proceso.com.mx
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una investigación reciente muestra que las sustancias químicas presentes en una gran cantidad artículos del hogar dañan las células especializadas del cerebro.
De acuerdo con un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, las sustancias químicas que se encuentran en una amplia gama de artículos, desde muebles, hasta productos para el cabello, pueden estar relacionadas con enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y los trastornos del espectro autista.
El estudio, publicado el 25 de marzo en la revista “Nature Neuroscience”, descubrió las afectaciones en los oligodendrocitos del cerebro, específicamente este tipo de célula especializada genera un aislamiento protector alrededor de las células nerviosas.
Los investigadores analizaron más de mil 800 sustancias químicas –a las que los humanos pueden estar expuestos– e identificaron químicos que dañaban selectivamente a los oligodendrocitos y pertenecen a dos clases: retardantes de llama organofosforados y compuestos de amonio cuaternario.
Una gran diversidad de productos electrónicos y muebles incluyen retardantes de llama organofosforados. Asimismo, los compuestos de amonio cuaternario están presentes en múltiples productos de cuidado personal y desinfectantes, los cuales se han utilizado con mayor frecuencia desde que comenzó la pandemia de covid-19.
«La pérdida de oligodendrocitos es la base de la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurológicas», advirtió el investigador principal del estudio, Paul Tesar, director del Instituto de Ciencias Gliales de la Escuela de Medicina. «Ahora demostramos que sustancias químicas específicas en productos de consumo pueden dañar directamente los oligodendrocitos, lo que representa un factor de riesgo de enfermedades neurológicas no reconocido anteriormente», explicó.
Los investigadores advirtieron que la exposición humana a estas sustancias específicas y los efectos sobre la salud del cerebro requiere más investigación, para poder rastrear los niveles químicos en el cerebro de adultos y niños para determinar la cantidad y duración de la exposición necesaria para causar o empeorar una enfermedad.