La periodista Anabel Hernández abunda en su nuevo libro sobre los presuntos vínculos de López Obrador con el Cártel de Sinaloa
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En los últimos meses, al menos cuatro investigaciones periodísticas han puesto en el ojo del huracán al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues en ellas se sugiere que el crimen organizado habría financiado sus campañas presidenciales de 2006, 2012 y 2018 y, además, que el gobierno de Estados Unidos habría indagado -aunque sin éxito- estos presuntos nexos del político tabasqueño con el narco.
El mandatario -principalmente desde su tradicional conferencia Mañanera– se ha encargado de negar todo tipo de relación con la delincuencia organizada, en especial con el Cártel de Sinaloa, común denominador de los reportes de Tim Golden (ProPublica), Steven Dudley (InSight Crime), Natalie Kitroeff (New York Times) y Anabel Hernández (Deutsche Welle), periodistas a los que ha tachado de calumniadores y de formar parte de una ‘campaña’ para atacar a su administración y a su persona.
Destaca el caso de Anabel Hernández, mexicana que centra gran parte de su trabajo en el narcotráfico, y quien afirma que tanto López Obrador como personajes cercanos a él recibieron dinero del Cártel de Sinaloa para financiar sus campañas: “Acaba de presentar un libro en contra mía, lo mismo, la vinculación con el narco, no presentan una sola prueba, son unos vil calumniadores. Una sola prueba y los convoco, y los emplazo a que presenten pruebas”, dijo el 29 de abril tras la publicación del libro La historia secreta: AMLO y el Cartel de Sinaloa (Grijalbo, 2024).
En dicha publicación, la periodista habla sobre cómo el crimen organizado ha dado dinero para las aspiraciones políticas de AMLO prácticamente desde 2006, cuando contendió por primera vez a la Presidencia de México cobijado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en alianza con el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano); habla de encuentros suyos y de sus operadores con capos de la droga para acordar millonarias entregas de dinero, obviamente de procedencia ilícita.
AMLO habló por teléfono con ‘El Barbas’
Hacia finales de 2005 e inicios de 2006, AMLO dejó la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) para participar en el proceso interno del PRD para elegir a su candidato presidencial. Al resultar ungido, sus operadores habrían comenzado a reunir apoyo de empresarios de otros estados y presuntamente del crimen organizado, de acuerdo con el Capítulo 6 del libro de Anabel Hernández titulado Caballo de Troya.
En sus páginas relata que a inicios de 2006 Francisco ‘Pancho’ León García, candidato del PRD a senador por Durango, se reunió con su viejo amigo Sergio Villarreal Barragán ‘El Grande’ -uno de los principales operadores del Cártel de Sinaloa, al mando entonces de Arturo Beltrán Leyva ‘El Barbas’-, quien le prometió todo el apoyo. Después, Hernández relata que ‘El Grande’, ‘Pancho’ León, Edgar Valdez Villarreal ‘La Barbie’ y su suegro Carlos Montemayor ‘El Charro’ se reunieron con el empresario Emilio Dipp Jones y un operador de AMLO identificado como T3 en un lujoso hotel de Nuevo Vallarta, Nayarit.
En ese encuentro no hubo mucha información a decir del T3 -quien fue entrevistado por Anabel Hernández para el libro-, sin embargo, tras la breve reunión todos se trasladaron a Punta Mita para encontrarse con Arturo Beltrán Leyva, quien en ese momento ya era el integrante más rico el Cártel de Sinaloa, incluso por encima de sus históricos líderes como Joaquín ‘Chapo’ Guzmán Loera o el propio Ismael ‘Mayo’ Zambada García y, además, quien ya desde antes tenía la mano metida en el gobierno debido a los millonarios sobornos que le había dado a Genaro García Luna, entonces titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI), hoy preso y en espera de sentencia en Estados Unidos precisamente por sus vínculos con el narco.
En la casa de Beltrán Leyva le propusieron financiar la campaña presidencial de AMLO y que éste le permitiría operar “a sus anchas”, aunque también con el compromiso de que no hubiera violencia durante su administración. Pero ‘El Barbas’ tenía sus dudas, no creía que el T3 fuera verdaderamente operador de Andrés Manuel y le pidió a la gente de ‘Pancho’ León que lo comunicaran directamente con él.
“- La llamada surgió cuando estábamos en la casa, se llegó al acuerdo, ahí fue cuando hubo esa llamada -reveló el T3-. Esa llamada fue en speaker (altavoz), fue del teléfono de ellos y fue rapidísima.
-¿Se escuchaba que era la voz de López Obrador? – pregunté insistentemente.
–Sí, se escuchaba. Arturo siempre tuvo la costumbre de usar el speaker, Arturo nunca se pegaba un teléfono a la oreja, incluso cuando hacía sus llamadas con su familia, ¿verdad? Bueno, cuando lo regañaba su señora (Marcela) sí lo ponía en privado.
En el breve intercambio se cruzaron mutuamente frases como ‘a la orden’, ‘lo que se ofrezca’ y ‘estamos pendientes’”, se lee en el libro de Anabel Hernández aunque en esa parte no se precisa lo que López Obrador le dijo a ‘El Barbas’.
Luego, tras colgar el teléfono, Arturo Beltrán Leyva habría accedido a financiar la campaña presidencial de AMLO en 2006 y dejó a ‘La Barbie’ como primer contacto, ya que vivía en la Ciudad de México y le resultaría más sencillo “ocuparse del político tabasqueño”, aunque también estaría a cargo el llamado ‘Abogado del Narco’, Roberto López Nájera.
“Posteriormente después de esa junta le dieron a gente de López Obrador radios de los que nosotros usábamos, de los Iusacell y Unefon, para estar en comunicación. En ese tiempo el gobierno no tenía máquinas para oír esos radios, ni el Iusacell ni Unefon, pero los de Nextel sí los oía”, relató el T3 a Anabel Hernández.
De acuerdo con la periodista mexicana, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) tuvo conocimiento que a la campaña presidencial de AMLO en 2006 llegaron entre 2 y 4 millones de dólares provenientes del Cártel de Sinaloa, pues aunque el acuerdo fue pactado con Beltrán Leyva y ‘La Barbie’, éste también contemplaba al ‘Chapo’ y al ‘Mayo’. Mientras el grupo delictivo presuntamente financiaba la campaña del entonces perredista, ‘El Grande’ también desembolsó de su bolsillo dinero para la campaña de ‘Pancho’ León, quien no ganó en esas elecciones y que, además, se encuentra desaparecido desde 2007.