Raúl Flores Hernández recurrió a centros nocturnos, bares, clubes deportivos e inmobiliarias en Jalisco para ocultar sus operaciones delictivas
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Raúl Flores Hernández, alias ‘El Tío’, fue sentenciado en Estados Unidos (EEUU) el pasado 12 de enero a 21 años y 10 meses de prisión. Esto debido a que durante casi cuatro décadas se dedicó a traficar drogas en colaboración con organizaciones criminales de México.
Su involucramiento en estas actividades llevó a que la justicia estadounidense le confiscara cerca de USD 280 millones. Actualmente, ‘El Tío’ tiene 72 años, pero desde que tenía alrededor de 29 comenzó a dirigir una célula delictiva que traficaba cocaína desde países sudamericanos.
La droga que movía Flores arribaba a puertos mexicanos para posteriormente ser enviada a territorio estadounidense. Durante su trayectoria criminal ‘El Tío’ no operó solo, pues lo hizo en coordinación con la organización de Los Beltrán Leyva y con uno de los narcotraficantes más populares de México: Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa.
‘El Tío’ fue detenido en julio de 2017 en Zapopan, Jalisco y cuatro años después fue extraditado al país vecino, ya que enfrentaba cargos en una corte federal del Distrito de Columbia. Durante su proceso en EEUU se dio a conocer el modus operandi implementado por este sujeto para trasladar cientos de kilogramos de sustancias ilícitas.
Envíos de droga en buques de petróleo
Flores Hernández operó bajo el cobijo del Cártel de Sinaloa desde Jalisco y la Ciudad de México (CDMX). Además de tener el amparo de ‘El Chapo’ Guzmán, también contaba con el apoyo de Héctor Beltrán Leyva, alias ‘El H’, quien falleció en un hospital de Toluca en 2018 a sus 56 años de edad.
‘El Tío’ se encargaba de traficar cocaína desde al menos tres países sudamericanos: Bolivia, Brasil y Perú. La droga que adquiría llegaba a territorio mexicano y posteriormente era enviada a EEUU para su distribución
La cocaína era transportada en compartimentos ocultos en buques de petróleo. Se presume que traficaba hasta dos toneladas en cada buque. Durante dos años envió una carga semanal a territorio estadounidense, por lo que se estima que introdujo cerca de 112 mil kilos de cocaína al país vecino
Además de los buques de petróleo, ‘El Tío’ recurrió a una flota de aeronaves para transportar la droga vía aérea. Con la finalidad de garantizar el éxito en estas operaciones, el traficante sinaloense “contrató” a una persona que se encargaba de supuestamente pagar cerca de USD 50 mil a personal de la entonces Policía Federal en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). ‘
Además del Cártel de Sinaloa, las autoridades estadounidenses lo acusan de colaborar con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el estado de Jalisco, su principal bastión.
Para ocultar sus operaciones ilícitas y lavar el dinero que obtenía del tráfico de drogas, el narcotraficante mexicano recurrió a una serie de empresas fachadas establecidas en Jalisco, en lugares como Guadalajara y Zapopan, principalmente.
Entre las empresas detectadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) se encuentran centros nocturnos, bares, clubes deportivos —que en su momento fueron vinculados con el futbolista Rafael Márquez—, comercializadoras e inmobiliarias.