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Asesinato de cura de Saltillo, por presunto abuso sexual

CIUDAD DE MÉXICO.- Tras la desaparición y hallazgo sin vida del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, en Coahuila, rindieron su declaración las dos personas por este homicidio.

Uno de ellos, quien dijo ser taxista de Uber, declaró que el sacerdote acostumbraba hacer reuniones con hombres jóvenes en su casa parroquial.

Los invitaba a ingerir bebidas embriagantes y a fiestas en su recámara”, aseguró.

Y fue en una de esas reuniones cuando el presbítero aprovechó el estado de ebriedad del imputado para realizarle tocamientos sexuales.

La PGJE de Coahuila informó que el religioso murió por estrangulamiento.

En su relato explicó que únicamente se defendió y fue su amigo, un exrescatista de la Cruz Roja, quien lo incitó a asesinarlo.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila informó que los resultados de la autopsia realizada al cuerpo del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, reveló que el religioso murió por estrangulamiento.

Según la versión del taxista, de 23 años de edad, conoció al religioso el 1 de diciembre por medio de otro amigo, quien lo invitó a la casa parroquial donde residía el sacerdote, pues este les compraría cerveza, compartió el diario Zócalo.

Después de varios días de no contactar al sacerdote, éste lo invitó a pasar la Navidad con él en su casa, a lo que el detenido se negó. El 1 de enero nuevamente recibió otra invitación, rechazándola de nueva cuenta.

El 2 de enero el joven aceptó la invitación del cura para beber alcohol, quien llevó al amigo en común a la casa del padre.

Durante la convivencia, el amigo se quedó dormido y el padre Joaquín invitó al joven a unas aguas termales al día siguiente; otra vez rechazó la invitación.

Posteriormente el joven de 23 años también se quedó dormido, lo que el cura aprovechó para realizarle tocamientos; la primera vez el joven despertó y golpeó al cura en la cara, la segunda vez despertó con la ropa interior y los pantalones abajo y el religioso tocándolo nuevamente, por lo que en un intento por defenderse tomó al padre por el cuello hasta que se desvaneció en el piso, lo que aprovechó para pararse de la cama y subirse los pantalones.

En ese instante su amigo despertó y al ver lo que había sucedido reaccionó mal, “le afectó porque él ya había pasado por una situación así con su hija”, dijo el joven que narraba lo sucedido.

Me dijo ‘esto hay que terminarlo, esto no es cualquier pendejada, mata al pedófilo violador’, se quitó el cinto y me lo aventó para que yo lo estrangulara, pero yo no quise, luego él lo agarró y él lo ahorcó”, declaró.

De acuerdo con su versión de los hechos, se llevaron el cuerpo a bordo del auto del sacerdote hasta abandonarlo en un paraje del municipio de Parras de la Fuente.

Nos fuimos a la carretera a Torreón, en el camino paramos en una tienda, ahí compramos cosas para el camino, luego me dijo que conocía un lugar en Parras, pero no le hice caso porque pensé que me podría hacer algo a mí también, así que seguí derecho en la carretera, pasamos la caseta, pagamos con el dinero que traía el padre en su cartera […] Llegamos a un lugar y dejamos el cuerpo en un arroyo, con una piedra empezamos a raspar ‘la pared de la montaña’ y con lo que le cayó quedó semienterrado”.

El imputado expuso que no quiso decir nada porque temía por su vida y la de su familia debido a las amenazas que su amigo había hecho.

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