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Pekín.
El presidente chino, Xi Jinping, prometió 124 mil millones de dólares para su nuevo y ambicioso plan Ruta de la seda, con el que quiere crear un camino de paz, inclusividad y libre comercio, mientras pidió abandonar modelos antiguos que se basan en juegos de rivalidad y poder diplomático.
China ha promocionado su iniciativa Belt and road como nueva forma de impulsar el desarrollo, con el objetivo de ampliar los vínculos entre Asia, África, Europa y América, y se ha apoyado con miles de millones de dólares para inversión en infraestructuras, como la que ya permitió el primer tren de mercancías con Gran Bretaña. El mandatario chino recalcó que la propuesta es el proyecto del siglo, que beneficiará a todo el mundo.
Pekín prometió 60 mil millones de yuanes (unos 8 mil 700 millones de dólares) en ayudas a países en desarrollo y organismos internacionales. Xi Jinping aclaró que su gobierno no tiene ningún deseo de imponer su voluntad a los demás, pero convocó a otros gobiernos a una integración económica y a la cooperación en los campos de la regulación financiera, el antiterrorismo y la seguridad, en un mundo en el que su nación busca convertirse en actor cada vez más dominante.
Inaugura conferencia
Xi Jinping dijo lo anterior en Pekín, durante su discurso inaugural de la conferencia Cinturón y Ruta de la seda, que durará dos días y a la que asisten gobernantes de 29 naciones, entre ellos Vladimir Putin, de Rusia, y los del G-7, así como los directivos de Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Asimismo, representantes de Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, además de los de economías emergentes, incluidos los de México y Turquía.
La iniciativa del cinturón y la ruta, propuesta en 2013 por China, busca construir una red de comercio e infraestructura que conecte a Asia con Europa, África y América, que no están situadas en la Ruta de la seda tradicional. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, dijo que la ambiciosa iniciativa intercontinental está enraizada en una visión compartida de desarrollo mundial.
Xi utilizó la cumbre para difundir la propuesta y reforzar las ambiciones mundiales de liderazgo de China, mientras el presidente estadunidense, Donald Trump, promueve America first y cuestiona los acuerdos mundiales de libre comercio. Debemos construir una plataforma abierta de cooperación y defender y hacer crecer una economía mundial abierta, subrayó Xi durante la apertura de dicha reunión.
El mandatario declaró que el planeta debe crear condiciones que promuevan el desarrollo abierto y fomenten la construcción de sistemas de reglas de comercio e inversión globales justas, razonables y transparentes. El comercio es el motor del desarrollo económico. Añadió que el mundo debe promover el sistema multilateral de comercio, el establecimiento de regiones de libre mercado y la facilitación de éste.
Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, expresó que la iniciativa del cinturón y la ruta es un marco internacional pionero basado en un concepto de plataforma abierta. Para el presidente del BM, Jim Yong Kim, la propuesta puede cumplir las aspiraciones de todos los pueblos que todavía necesitan apoyo para el desarrollo, y elogió los esfuerzos de China para reformar su sistema de salud, lo que brindará una experiencia útil para otras naciones.
Para la gente común y corriente, la iniciativa también puede representar algo sencillo, como una fragante taza de té, según la directora gerente del FMI, Chritine Lagarde, bebida que durante siglos ha reunido culturas, comunidades y personas. La propuesta está lista para añadir nuevos sabores económicos. Confió en que ve con agrado que el sistema financiero chino mantiene bases sólidas con una regulación prudente, adecuada y eficaz.
El ministro de Finanzas de Gran Bretaña indicó en la cumbre que su país era un socio natural en la nueva Ruta de la seda, mientras el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, aliado cercano, elogió la visión e ingenio de China.
India se negó a enviar una delegación oficial a Pekín, lo que refleja el descontento con China por desarrollar un corredor comercial de 57 mil millones de dólares a través de Pakistán, que también cruza el disputado territorio de Cachemira.
China planea importar 2 billones de dólares de productos de países que participan en su iniciativa Belt and road en los próximos cinco años, informó el ministro de Comercio, Zhong Shan.
Pero algunos diplomáticos occidentales han expresado inquietud por la cumbre y el plan en su conjunto, viéndolo como un intento de promover la influencia china en todo el planeta. También les preocupa la transparencia y el acceso de las empresas extranjeras al régimen.