El presidente aseguró que la polémica por los lujos de su primogénito sólo es parte de una “andanada” más en contra de su Gobierno
Asimismo, volvió a lamentar por la presunta intromisión del gobierno de Estados Unidos que, señaló, financia a “grupos de la oposición”. Una actitud que, días atrás reprobó por “injerencista” y potencial para planteársela ante su homólogo, Joe Biden.
“Desde hace tiempo se ha venido dando. Qué me puede sorprender que sigan con esa postura o que pertenezcan a un grupo que reciba dinero del gobierno estadounidense. Lamento que el gobierno de Estado Unidos no cambie su política exterior, que sigan practicando la política de hace dos siglos”, expresó.
El posicionamiento de Andrés Manuel surgió luego que se le cuestionara sobre el pronunciamiento de Baker Hughes ante los señalamientos de corrupción entre ésta y Petróleos Mexicanos (Pemex), en los cuales descartba un conflicto de interés.
Esto, sucedió el pasado 21 de febrero: en una conferencia de prensa, Bob Pérez, vicepresidente de esta última en México y Latinoamérica, aseguró que la compañía estadunidense nunca tuvo trato directo con la mexicana, ni con ningún funcionario del actual gobierno.
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Además, indicó que para la auditoria interna se contrató al ente independiente McConnell Group, especialista en inteligencia corporativa, mismo que se dedicó a examinar contratos, actividades y relaciones de todos los integrantes de la compañía durante el tiempo del presunto delito; sin embargo, destacó que los resultados negaron alguna actividad ilícita.
Asimismo, se detuvo a explicar cuáles fueron los cargos que desempeñó Keith Schilling, el exdirectivo que presuntamente rentó la casa al matrimonio López-Adamas, durante su paso como ejecutivo. En primer lugar refirió que él se encontraba en el departamento de Norteamérica, en el cual no se encuentra México, debido a que el país pertenece a la zona latinoamericana.
En segundo, estableció que se desenvolvió como líder de ventas en los Estados Unidos (EEUU), por lo que, refirió, en ningún momento tuvo algún contacto con los negocios en México ni con ningún funcionario o empresario mexicano.
La firma fue tajante al aclarar que no tuvo ninguna participación en la transacción de arrendamiento mencionado, puesto que la residencia en cuestión nunca ha sido propiedad, ni ha sido gestionada directa o indirectamente por la empresa.
Sin embargo, sí refirió que nunca le fue consultada ni tuvo conocimiento de la transacción de arrendamiento, ya que tuvo conocimiento del contrato hasta que la noticia apareció en los medios de comunicación al “ser una operación entre privados”.