Una anécdota contada por “Celeste”, testigo clave en los libros de la periodista, revela hasta dónde llegaba el delirio de poder del capo mexicano
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Durante años, Arturo Beltrán Leyva fue uno de los hombres más temidos del narcotráfico en México. Conocido como “El Barbas” o “El Jefe de jefes”, lideró una de las organizaciones criminales más violentas del país.
Pero su poder no solo se medía en toneladas de droga traficada o millones de dólares acumulados, sino también en su capacidad para influir en distintos ámbitos de la vida pública, incluido el mundo del espectáculo. Su muerte, ocurrida el 16 de diciembre de 2009 durante un operativo de la Marina en Cuernavaca, no puso fin a su historia: por el contrario, dio paso a una serie de revelaciones que hoy día siguen haciendo eco.
En una reciente entrevista para el podcast Criminalmente, la periodista Anabel Hernández compartió una anécdota hasta ahora inédita sobre Beltrán Leyva que involucra indirectamente a la actriz Eva Mendes, también esposa de Ryan Gosling.

El relato, que le fue confiado por una mujer identificada como Celeste, figura clave en sus investigaciones sobre narcotráfico, expone hasta qué punto el narcotraficante creía que podía comprarlo todo, incluso la atención de una estrella de Hollywood.
En sus libros Emma y las otras señoras del narco (2021) y su continuación Las señoras del narco: Amar en el infierno (2023), la periodista ventila los presuntos vínculos de Arturo Beltrán Leyva con diversas figuras del espectáculo mexicano.
Entre los nombres que Hernández ha mencionado se encuentran Galilea Montijo, Ninel Conde, Paty Navidad, Betty Monroe, entre otras. Las investigaciones detallan relaciones sentimentales, encuentros privados, regalos de lujo y posibles vínculos con actividades ilícitas.
La llamada que no pasó de chiste
Según relató Anabel Hernández en Criminalmente, Celeste, una de las mujeres más cercanas al capo y madre de una de sus hijas, le contó una anécdota que ilustra el tipo de fantasías que se permitía Arturo Beltrán Leyva gracias a su poder y fortuna.

Durante un viaje a París, Celeste vio de lejos a la actriz Eva Mendes y, recordando que el narcotraficante tenía debilidad por mujeres latinas de piel morena —como Galilea Montijo, dice Anabel—, decidió llamarle solo para contarle lo que acababa de ver. A modo de broma, le dijo: “Tengo aquí enfrente de mí a Eva Mendes”.
Para su sorpresa, Beltrán Leyva le respondió con una propuesta desproporcionada: “Ofrécele cinco millones de dólares para que venga conmigo”. Celeste, entre incrédula y divertida, se negó de inmediato. “A mí me detienen, me meten en la cárcel si le ofrezco eso”, le dijo antes de cortar la llamada.
La historia nunca pasó de ahí, y la propia Celeste, según la periodista, contaba el episodio con humor, consciente de lo ridículo que habría sido acercarse realmente a una estrella de Hollywood con semejante oferta.
Las mujeres presuntamente relacionadas con El Barbas
A diferencia de otros capos del norte, como Joaquín «El Chapo» Guzmán o Ismael “El Mayo” Zambada, Anabel Hernández señala que Beltrán Leyva operaba desde la Ciudad de México, lo que supuestamente le facilitaba rodearse de actrices, modelos y conductoras.
Entre las mujeres que menciona están:
- Galilea Montijo
El nombre de la conductora de televisión apareció en Emma y las otras señoras del narco al ser señalada de mantener una relación sentimental con Arturo Beltrán Leyva. Según los testimonios recopilados por Hernández, su amorío habría durado cerca de dos años y se habría llevado a cabo de manera completamente privada.
De acuerdo con la investigación, Montijo habría sido presentada al narcotraficante por intermediarios de confianza de “El Barbas”. Su vínculo se mantuvo bajo estricto perfil, con encuentros organizados en propiedades privadas del capo, entre ellas una casa en Cuernavaca, Morelos, y otra en la Ciudad de México.
Un exguardaespaldas del narcotraficante narró que la relación era considerada seria. El libro describe que Beltrán Leyva solía consentir a la conductora con regalos exclusivos, como relojes Rolex, joyas de diseñador y accesorios de alto valor.
Desde que el libro fue publicado en 2021, Montijo ha negado categóricamente las acusaciones, calificándolas como “ataques malintencionados”.
- Ninel Conde
El caso de Ninel Conde es uno de los más polémicos y mediáticos. Según el libro de Hernández, la actriz y cantante habría sostenido un romance con Arturo Beltrán Leyva y habría colaborado con él en lavado de dinero.
Tras la publicación del libro en 2021, Conde interpuso una demanda por daño moral contra Hernández y la editorial del libro, argumentando que las acusaciones afectaron su imagen y perjudicaron sus negocios. Sin embargo, un tribunal resolvió a favor de la periodista.
- Paty Navidad

La actriz y cantante Paty Navidad también fue mencionada en las investigaciones. Según Las señoras del narco: Amar en el infierno, Navidad habría asistido a eventos organizados por Beltrán Leyva, incluido uno en el que ofreció una serenata al capo.
Navidad reconoció que en una ocasión fue llevada a una residencia del narcotraficante para cantar bajo el pretexto de que se trataba de un admirador enfermo, pero negó cualquier vínculo sentimental o conocimiento previo de su identidad.
En agosto de 2024, durante una transmisión del programa La Mesa Caliente de Telemundo, Navidad confrontó públicamente a Hernández, calificando las acusaciones como falsas y cuestionando la veracidad de las fuentes utilizadas en el libro.
Navidad calificó de “falsas” y “carentes de pruebas” las declaraciones que la vinculaban con el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, y cuestionó directamente la veracidad de las fuentes empleadas por la periodista. Hasta la fecha, ambas siguen haciendo declaraciones una de la otra.
- Betty Monroe
La actriz Betty Monroe también es mencionada en el libro, señalándola como una de las mujeres cercanas a Beltrán Leyva entre 2007 y 2009. Según los testimonios, la actriz habría regalado al narcotraficante un amuleto de santería que este llevó consigo hasta el día de su muerte.
Testigos indican que Monroe era considerada más que una relación pasajera; el capo la veía como una amiga cercana. Sin embargo, la actriz nunca ha confirmado ni desmentido públicamente estas acusaciones.
- Dorismar

En el libro Las señoras del narco: Amar en el infierno, Anabel Hernández expone que la modelo y actriz Dorismar habría tenido un vínculo con Arturo Beltrán Leyva. Según la investigación, la actriz fue presuntamente presentada al narcotraficante por el exintegrante de Garibaldi y político Sergio Mayer, quien es señalado por la periodista como una de las figuras que facilitaban el acercamiento de mujeres al capo.
Según los testimonios recogidos por Hernández, Mayer, junto con otras personas cercanas al narcotraficante, organizaba encuentros privados para que “El Barbas” conociera a mujeres famosas, recibiendo importantes sumas de dinero a cambio.
De acuerdo con la fuente Celeste, el narcotraficante acostumbraba pagar entre 20.000 y 50.000 dólares a las mujeres con las que sostenía relaciones íntimas.
- Las Lavanderas
El libro también menciona un supuesto vínculo de una de las exintegrantes del dúo cómico Las Lavanderas con Arturo Beltrán Leyva. Según Hernández, una de ellas habría sostenido una relación sentimental con el narcotraficante, lo que desató conflictos entre ambas y marcó el fin de su amistad.
De acuerdo con el libro, fue Karla Luna, conocida como “La Comadre Morena”, quien habría sostenido un romance con Beltrán Leyva. Este vínculo habría iniciado alrededor de 2008, cuando el narcotraficante ya era uno de los líderes más importantes del crimen organizado en México.