Por Nayar Araiza López
Luis Munguía: El arquitecto de una nueva hegemonía política en Puerto Vallarta
• Más que promesas, ha logrado resultados concretos y gestión millonaria e inédita en tiempo récord, que supera a sus antecesores en el igual periodo
• El Presidente no recibió una ciudad funcional, sino problemas estructurales de gran calado, como el abandono del sistema de agua potable, que durante dos décadas fue ignorado por gobiernos irresponsables
El arquitecto Luis Ernesto Munguía González llegó con grandes expectativas a la Presidencia Municipal de Puerto Vallarta, en una elección que ganó a pulso, como producto del hartazgo social acumulado por tres trienios consecutivos de gobiernos mediocres, que devastaron la administración pública, provocando estancamiento y abandono de los servicios públicos, por lo que desplazó a una clase política enquistada que llegó únicamente a servirse de los negocios al amparo del poder.
Han transcurrido nueve meses de su arribo y el alcalde Luis Ernesto Munguía ya tiene resultados concretos que lo colocan muy por encima de sus antecesores en igual periodo, logrando una gestión histórica de recursos con el gobernador de Jalisco Pablo Lemus, que lejos de verlo como un alcalde opositor o de confrontación partidista, ambos consolidaron una relación de trabajo, de la que se desprenden más de 3 mil millones de pesos de inversión estatal en obra pública, cifra inédita para el municipio. A eso se suma una recaudación superior a los 1,200 millones de pesos a nivel local, lo que permite afirmar que el primer año de gobierno de Munguía no sólo se cumplió, sino que sienta bases sólidas para una administración eficiente y con visión de largo plazo.
“El gobierno del bien”, como él mismo lo nombró al rendir protesta el 30 de septiembre de 2024, ya tomó forma. Puerto Vallarta, tierra de contrastes, de mar y montaña, necesitaba precisamente eso, una administración capaz de transformar los discursos en realidades. En las colonias, las delegaciones y los ejidos, la gente sigue confiando en la palabra del alcalde, pero también exige resultados. Y es ahí donde el reto se vuelve estructural.
Puerto Vallarta es uno de los destinos turísticos más relevantes del país, con un crecimiento poblacional acelerado y, por lo tanto, con una demanda creciente de servicios públicos. Aquí no bastan las buenas intenciones ni las promesas de campaña. Se necesita eficiencia y eficacia administrativa, austeridad real, pero, sobre todo, una estrategia de recaudación que parta de la confianza ciudadana, ya que cuando los ciudadanos perciben un gobierno honesto, pagan sus impuestos. De ahí que el reto siguiente sea consolidar lo logrado e ir por más subsidios federales y estatales que correspondan a la importancia nacional de Vallarta como motor económico y turístico.
Pero no todo es bonanza. Al llegar al cargo, ningún aspirante tiene realmente claro el estado en que encontrará la administración municipal, especialmente si el proceso de entrega-recepción es opaco, como lo fue. Luis Munguía no recibió una varita mágica ni una ciudad funcional, sino problemas estructurales de gran calado, como el abandono del sistema de agua potable, que durante dos décadas fue ignorado por gobiernos irresponsables. Hoy, a pesar de los avances en la materia, el agua sigue siendo el “talón de Aquiles” de esta administración. SEAPAL requiere más de tres años para resolver de fondo el abasto, pero al menos, ya se está trabajando en ello con seriedad.
En el terreno político, Luis Munguía ha sabido capitalizar el poder. A diferencia de otros alcaldes que llegaron aislados, hoy ha logrado consolidar una nueva hegemonía local, prácticamente desapareciendo a la oposición. MORENA es una figura decorativa, mientras el resto de los partidos sobreviven como meras representaciones testimoniales.
A través del Partido Verde, el Presidente ha aglutinado liderazgos y ampliado su base de apoyo. Si en apenas 9 meses consiguió esa inversión histórica en obra pública, recomponer la administración erradicando prácticas corruptas, implementar programas sociales, y si en los próximos dos años sus resultados avanzan sustancialmente en la solución al agua potable, vialidades, así como la mejora y ampliación del transporte público, entonces no sólo habrá Luis Munguía para rato, sino también Partido Verde para más allá de 2027. Va.