‘Relaciones tóxicas’: ¿Qué son? ¿Por qué ocurren? ¿Qué daño causan?

Las ‘relaciones tóxicas’ son mencionadas en distintos ámbitos, pero el término va más allá de una cuestión coloquial; es un problema que puede tener consecuencias graves. Aquí te explicamos.
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Es muy probable que hayas escuchado, te hayan dicho, hayas usado la frase o hayas tenido una ‘relación tóxica’.

Si bien en términos generales podemos tener una idea de lo que significa, buscamos a una especialista para que nos explicara a detalle lo que representa este tipo de relación.

Más allá del término coloquial, el correcto para definirlas es ‘relación disfuncional’, señaló Adriana Pérez Acra, psicóloga y psicoterapeuta Gestalt.

«Tóxico se utiliza porque automáticamente relacionamos el término con algo dañino. Las relaciones se nombran: funcional o disfuncional», explicó.

La especialista apuntó que para que una relación se vuelva disfuncional es porque ambas partes han hecho o dejado de hacer ciertas cosas que la llevan a convertirse en eso.

En cuanto a las relaciones funcionales señala que, aunque no hay factores generales que definen ambos tipos de relaciones, hay algunas características que pueden destacarse.

«No hay factores generales, pero a grandes rasgos, por ejemplo, una relación funcional sería aquella en donde ambas partes puedan satisfacer las necesidades del otro habiendo en equilibrio la confirmación (cosas con las que estás de acuerdo) y diferenciación (saber lo que no me gusta o soy diferente)», detalló Acra.

Además, expuso que otro factores importantes que determinan una relación son algunos como la ausencia o presencia, celos y la violencia.

La experta refirió que recientemente el tema que ha llegado a su consultorio son las relaciones con alto grado de apego.

«Creemos que al tener una relación tan cercana donde siempre hay presencia es más valiosa, la medimos dependiendo del grado de presencia, pero si siempre hay confirmación (sin límites), en realidad dejamos de valorar a la persona porque el contacto y la interacción entre ambas personas está fijada», detalló.

Lo anterior es contrario a cuando la persona tiene su propio espacio, pasatiempos, y permite la libertad, y la interacción es plena y valorada.

¿Y cuáles son las implicaciones que puede traer una relación disfuncional en tu salud?

La doctora Luz de Lourdes Eguiluz, licenciada en psicología de la FES Iztacala y doctora en investigación psicológica, dijo que las personas que tienen una mala relación de pareja se enferman más, mientras que las que tienen una buena relación, tienen menos problemas en su salud.

«Las relaciones sociales sanas ayudan a sanar lo físico», dijo Eguiluz en una entrevista para la UNAM en 2018.

Mientras que Acra señaló que, por ejemplo, en el caso de una relación con alto grado de apego, puedes llegar a tener un crisis de identidad, porque estás tan pendiente del otro, de sus necesidades, de ti en interacción con tu pareja, que dejas de escucharte a ti (qué necesitas, quieres o hacia dónde quieres dirigir tu vida). Pierdes identidad.

«Cuando vives en una relación dañina o disfuncional puede afectar en cómo te percibes, a tu autoestima y en tu autoconcepto, no te crees merecedor de algo más», sentenció.

También argumentó que puedes sufrir de ansiedad, insomnio, depresión y trastornos psicológicos. En casos extremos falta del sentido de vida.

En cuanto a por qué se es vulnerable a relaciones disfuncionales, Pérez Acra apuntó que aunque suena a cliché es muy importante tomar en cuenta el ‘amor propio’.

«Si no me doy cuenta del valor que tengo como persona e identifico lo que necesito, tendré la seguridad de saber pedirlo, o bien, si recibo algo que va en contra de mi amor propio sabré decir ‘esto no es para mí y alejarme'».

Pérez Acra destacó que es importante poner atención a estos signos porque permitir cosas y no mantener el equilibrio puede llevar a la violencia.

En este sentido, las cifras en las mujeres son alarmantes. Un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de noviembre de 2019 indicó que el 43.9 por ciento de las mujeres ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual, o la última a lo largo de su relación. Y está más acentuado entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (48 por ciento), que entre quienes lo hicieron a los 25 o más años (37.7 por ciento).

                                                         
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