Que AMLO deje de ser idealista y acepte ayuda: LeBarón

Tras las numerosas críticas a la comunidad mormona por su solicitud de ayuda al gobierno de Estados Unidos para combatir a los asesinos de nueve de sus miembros, Adrián y Julián LeBarón aclaran en entrevista con Proceso que el gobierno mexicano ya ha pedido ayuda extranjera contra los cárteles porque no puede solo. Consideran que López Obrador debe dejar de ser “idealista” y hacer cumplir la ley con todos los recursos del Estado. Al respecto, el escritor y activista Javier Sicilia explica que marchará junto con Julián LeBarón a fin de exigir que, ante la tragedia nacional, el gobierno aplique “políticas de Estado más profundas”.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Semanas después de la matanza de nueve miembros de su familia y en vísperas de la reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, prevista para este lunes 2 en el Palacio Nacional, Julián y Adrián LeBarón manifiestan que llegó el momento de que la sociedad mexicana se una para exigirle al gobierno que ponga un alto a la violencia que este año ha cobrado la vida de 30 mil personas.

De las autoridades mexicanas los LeBarón expresan que esperan poco, porque a su ver se han corrompido en su esencia; por ello insisten en pedir ayuda internacional, incluida la de Estados Unidos, para enfrentar a los criminales que se han adueñado de regiones del país sin que en un año de gobierno López Obrador haya avanzado significativamente en su promesa de dar seguridad a la ciudadanía.

Esta petición de ayuda al gobierno de Estados Unidos generó una riada de críticas, sobre todo luego de que en una entrevista a un medio de aquel país el presidente Donald Trump anunció motu proprio declarar terroristas a los narcotraficantes mexicanos y ofreció ayuda al gobierno de López Obrador para acabar con esos grupos criminales.

“Cooperación sí, intervencionismo no”, declaró al respecto el presidente mexicano, mientras que en las redes sociales se desató una tanda de críticas a los LeBarón, acusándolos de traidores a la patria.

“No somos vendepatrias o traidores a nuestro país. La realidad es que la seguridad, la libertad y las oportunidades económicas del pueblo mexicano han sido secuestrados por la violencia y la brutalidad de los cárteles. Si nosotros, los ciudadanos de México, no exigimos la justicia ahora, no quedará patria para vender… retomemos a México de las manos de los terroristas”, manifestaron en una carta abierta integrantes de la familia LeBarón.

Y precisaron: “No pueden competir con los miles de millones de dólares que fluyen a manos de los cárteles cada año, los cuales financian las impresionantes armas y el terror que distribuyen con ellas todos los días”.

En entrevista, Julián LeBarón explica que la propuesta de pedir ayuda internacional, no sólo a Estados Unidos, es porque, a un año de su gobierno, el presidente ya mostró que no puede resolver solo el problema de la violencia:

“Lo que se está haciendo no funciona, hay que presionar donde se puede para que haya un cambio. Tenemos casi 30 mil asesinatos de manera violenta el último año y no se resuelve ninguno de esos casos. Estamos desesperados, buscando respuestas y soluciones; no creo que a largo plazo nos sirva que venga un poder extranjero a ayudarnos, nosotros tenemos que aprender a resolver nuestros propios problemas.”

No obstante cuestiona: “Pero si a nuestras familias las están balaceando, qué prefieres: ¿pedirle a las víctimas que abracen a quienes están disparando o que vengan unos soldados profesionales que saben lo que hacen a poner orden? En algún momento tenemos que tomar esas decisiones”.

Además, dice, la ayuda estadunidense se ha solicitado desde hace años, como en el caso del Plan Mérida: “Hay 30 millones de mexicanos viviendo allá (en Estados Unidos) y el gobierno de México tiene años pidiéndole ayuda en la lucha contra el narcotráfico. ¿Por qué les asusta que nosotros pidamos ayuda cuando lo necesitamos? Creo que nuestro patriotismo nos quita la capacidad de pensar; podemos amar a nuestro país y todo lo que tenemos de hermoso, pero tenemos que buscar cómo defenderlo.

“En mi opinión, el presidente no puede resolver el problema de la violencia. ¿Cómo lo va a hacer si las instituciones están podridas hasta la médula y así estaban cuando él llegó? Todos somos responsables por el problema que estamos viviendo porque no hemos asumido la responsabilidad de defender y proteger nuestra libertad. Esa es la triste realidad”, sostiene el agricultor de la comunidad mormona que vive en Chihuahua.

Acompañado de Javier Sicilia, con quien marchará el 1 de enero para exigir un cambio en la estrategia del gobierno federal para disminuir la violencia, Julián LeBarón insiste en que la única forma de empezar a resolver este problema es con la unidad de la sociedad:

“El problema es tan enorme que se han podrido las instituciones hasta la médula. Ni los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa ni Javier Sicilia ni nuestra familia hemos visto justicia, no se captura a los responsables, se vicia el proceso, la impunidad es total. Entonces, la única forma de comenzar a combatir este problema es con la unidad de la comunidad, no apoyar a quienes no resuelven nuestros problemas, retirarles el poder para usar todos esos recursos y contratar a profesionales para protegernos.

“La única forma es crear una comunidad de personas dolidas o comprometidas con el país para poner contra la pared a la autoridad y obligarlos a que hagan su trabajo, porque no pueden tener un monopolio de los servicios de seguridad y de justicia si no están cumpliendo con su deber. Tenemos que recuperar la responsabilidad ciudadana de reconstruir y quitar lo que no sirve.”

A su vez, Sicilia explica que la propuesta es que con la ayuda internacional se integre una gran comisión de la verdad, no sólo para el caso de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, sino para todo el país.

“El presidente no quiso esta propuesta que le hicimos desde antes de que comenzara su gobierno y ahora están las consecuencias. A los responsables del pasado no se les puede juzgar selectivamente como lo está haciendo. Hay vínculos de gente que fueron funcionarios y empresarios con el crimen organizado; a esos hay que traerlos al presente para que a la luz de la verdad sean juzgados. Si no se hace esto, los casos como el de la familia LeBarón van a seguir repitiéndose”, considera el escritor, cuyo hijo Juan Francisco fue asesinado en 2011.

“Eso es lo que le estamos diciendo al presidente –continúa Sicilia–: que si se comprometió a dar seguridad al país, tiene que cumplirlo; y si no puede solo, hay que aceptar el apoyo internacional, formar una gran comisión de la verdad y una fiscalía extraordinaria, también con el apoyo internacional. Estamos frente a una emergencia nacional y una tragedia humanitaria, y el presidente no puede solo.”

El fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad sostiene que, ante esta situación, el presidente tiene que hacer un llamado a la nación y poner como tema fundamental en su agenda el problema de la seguridad, la paz y la justicia: “Si no lo hace, vendrán más tragedias y la gente ya no está para seguir soportando esta situación y ver que el país se convierte en un rastro, esperando bovinamente a que vengan por nosotros, a ver cuándo vienen por una de nuestras hijas o de nuestros hijos ¡No podemos permitir eso como nación!”.

Precisa que “no es un pleito con nadie, es un pleito contra la violencia, contra el crimen que está dañando a todos. El presidente lo está personalizando y está caminando del lado de la violencia. Eso no significa que queremos balazos, sino una política de Estado profunda”.

Insiste en que ni él ni los LeBarón están por el uso de las armas, sino que pretenden impulsar acciones para que los delincuentes no cuenten con armas que vienen desde el otro lado de la frontera:

“Los Estados Unidos nos dicen: ‘Paren la droga’. Pero ¿cuándo un gobierno mexicano les ha dicho que paren el comercio de las armas que entran a México para los delincuentes?”, inquiere Sicilia, al recordar que en 2011, cuando realizó las caravanas por la paz, se tenía el dato de que diariamente ingresaban ilegalmente al país 2 mil armas.

Ese tema también entraría en una comisión de la verdad internacional, para presionar a Estados Unidos y detener ese negocio millonario, dice Sicilia, quien se ha reunido varias veces con López Obrador desde que en 2011 se inició el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Sobre la estrategia del gobierno federal observa que se requiere de una política de Estado más profunda: “El presidente prometió que se daría todo el apoyo económico a la comisión de desaparecidos y la redujeron a fosas, como si los desaparecidos sólo estuvieran en las fosas, sin hablar de la trata de blancas ni de las cárceles. Pusieron sólo 43 personas para atender la problemática de las fosas, que son cientos; no hay suficientes servicios médicos forenses y los que existen están saturados, y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuestionada. Todos son instrumentos que están destejidos en una política de Estado que urge tener”.

Y como lo ha denunciado desde hace ocho años, cuando empezó a aparecer públicamente al frente del movimiento de familiares de muertos y desaparecidos, Sicilia insiste en que se debe acabar con los vínculos entre delincuentes y funcionarios.

“Cuando propongo que se forme una gran comisión de la verdad con apoyo internacional es para entrar hasta las cañerías del Estado y encontrar a esos delincuentes. Esa es la política de Estado que queremos”, precisa.

El video

Adrián LeBarón, padre de Rhonita y abuelo de cuatro niños calcinados, recalca sus dudas sobre la versión oficial de que hubo una confusión entre cárteles y exige que se ahonde en la investigación de la presencia de al menos 12 hombre armados y vestidos de negro que fue registrada en un video en manos de la Guardia Nacional. Una vez que balearon una de las tres camionetas, dichos sujetos recibieron la orden de quemarla.

Ese video también fue visto por el expresidente municipal de Bavispe, Sonora, Adam Langford, quien declaró haber visto la grabación obtenida por la Guardia Nacional.

Adrián LeBarón, de 58 años y nacido en Chihuahua, pero con nacionalidad mexicana y estadunidense, fue quien junto con Julián llegó primero al lugar y constató la masacre. Por ello fue testigo esencial tanto para la Guardia Nacional como para el FBI, que también investiga lo ocurrido.

Fue uno de los primeros que habló sobre el video: “Eran unos sujetos vestidos de negro, armados, después de atacar la camioneta… uno de ellos grita: ‘¡Quémala!’ Son cerca de 15 sujetos… Las autoridades tienen el video, pero no me dijeron de dónde o cómo lo obtuvieron. No estoy de acuerdo con que se les catalogue como terroristas a los que cometieron el ataque a nuestra familia, ellos son unos sicarios”, dijo en una entrevista para Milenio Televisión.

En una reconstrucción de los hechos realizada en entrevista con Proceso, Adrián LeBarón señala que esos hombres vestidos de negro y con cascos estuvieron en un pequeño cerro cercano a La Mora, desde el cual pudieron vigilar la camioneta que quedó varada cerca del rancho y las otras dos camionetas, también baleadas, que estaban a una distancia de cinco kilómetros.

Presume que tanto ese grupo como el que atacó las otras dos camionetas se mantuvieron comunicados y actuaron concertadamente contras las mujeres y los niños.

Respecto a los causantes del ataque armado, menciona la versión de que integrantes del Barzón pudieron azuzar a la gente que está enojada por la apropiación de los pozos de agua que tiene la comunidad mormona con el permiso de la Comisión Nacional del Agua.

Pero también menciona otra idea: que haya sido un mensaje contra el actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien es originario del municipio de Bavispe. “Esto es lo que queremos que nos aclare el presidente el lunes 2 que nos veamos. Queremos saber la verdad y que nos den toda la información que tengan”, demanda.

En tanto que Julián LeBarón manifiesta que es imposible que estos grupos criminales puedan operar sin que tengan un acuerdo con las instituciones.

“Andrés Manuel es el jefe del Ejecutivo, que ya deje el idealismo por un lado, que se ponga a trabajar como presidente, que agarre la espada y la ley y que ponga a los procuradores y fiscales necesarios. Los mexicanos no pueden sentirse seguros con un presidente idealista, porque van a sentir que su vida está en peligro”, concluye.

                                                         
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