Oro para la indolencia en Jalisco

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Bruno tiene 12 años y se encuentra en estado crítico. El niño gimnasta de la capital del país, especializado en salto de trampolín, sufrió un accidente en Jalisco: falló un salto, faltaban colchonetas y recibió un durísimo golpe en la cabeza. En la práctica, las autoridades deportivas de Jalisco se desentendieron del asunto. André Marx, director del Consejo Estatal para el Fomento del Deporte, se ha limitado a enviarle “saludos” a la familia… Y los mandamases del deporte en la Ciudad de México tampoco han actuado ejemplarmente.

GUADALAJARA, JAL. (Proceso).- Bruno Valencia Fabila, de 12 años de edad y estudiante de primero de secundaria, oriundo de la Ciudad de México y participante en la Competencia Nacional de Gimnasia de Trampolín, estuvo a punto de morir en las instalaciones del Consejo Estatal para el Fomento del Deporte (Code) en Jalisco debido a una negligencia, según afirma la familia.

El hecho ocurrió la mañana del pasado martes 11, antes de la justa que se disputó en el Polideportivo Ávila Camacho (Guadalajara). Supuestamente se debió a la falta de medidas de seguridad en la zona de entrenamiento.

Para la madre del niño, Maribel Fabila Farías –que se gana la vida como cocinera en la capital de país y quien dejó todo por acompañar a su hijo en dicho certamen–, todo se debió a la negligencia de las autoridades del Code Jalisco –encabezado por André Marx Miranda Campos–, quienes además han mostrado “falta de acompañamiento”.

Las omisiones en la vigilancia e inspección de las medidas de seguridad en un certamen de esa naturaleza deben ser consideradas como una alerta máxima, afirma, ante el riesgo al que se enfrentan los atletas.

“Sí, sí hubo negligencia. Las condiciones de seguridad para los competidores no eran las necesarias, yo como madre sé que el deporte de mi hijo es muy riesgoso, pero para eso están todos los organizadores: para garantizar la seguridad. Ya sucedió, le pasó a mi hijo, y si él es el botón de alarma para que se den cuenta que se tienen que ofrecer mejores condiciones, deben y tienen la obligación de hacerlo”, dice.

“Lo primero que observé es que el lugar estaba sucio y no se veía que se hubieran preocupado en ofrecer óptimas condiciones para una competencia como ésta. Sabíamos que veníamos a un encuentro nacional, hemos acudido a otros similares y da gusto la atención que se ofrece y las condiciones que se brindan, pero este lugar no ofrecía lo que requiere una competencia nacional.”

El drama

La mañana del martes 11 Bruno estaba entrenando. En uno de sus saltos salió disparado del trampolín y cayó fuera de la zona de aterrizaje, justo en un punto donde falló el resguardo de los colchones que, de manera forzosa, deben colocarse para amortiguar cualquier caída de los competidores, según recuerda el padre de Bruno, Agustín Valencia Beltrán.

“Apenas hacía su primer entrenamiento un poco después de las 9:30 de la mañana. Nosotros estábamos en las gradas del complejo Ávila Camacho, donde sucedieron las cosas. Estaban varios deportistas. Desafortunadamente en el área en que estaban los trampolines no había protección adecuada”, recuerda.

“Al momento no nos percatamos de la gravedad de la situación, nos dimos cuenta tarde”, reconoce en entrevista.

–La autoridad local del deporte dice que sí había la cantidad exigida de colchonetas… –se le menciona.

–No, eso es mentira totalmente. Hay fotografías, hay testimonios de mucha gente que estaba en las gradas, personas que se percataron que efectivamente no había la protección adecuada. Es mentira lo que están diciendo las autoridades del Code Jalisco.

–¿Previamente no se advertía el riesgo?

–En el área de calentamiento obviamente había falta de protección, no había colchones, desafortunadamente no nos percatamos hasta que sucedió. En la otra área, la de competencia, sí estaban los colchones, por lo menos los reglamentarios.

Agustín Valencia apunta que quiere ser muy cauto al hacer señalamientos contra alguna autoridad, “pero sabemos perfectamente que hubo irresponsabilidad de alguien, que las instalaciones no eran las adecuadas para la competencia y que hubo negligencia”.

–¿Demandarán por negligencia? –se le inquiere.

–No, no ha pasado por nuestras mentes. Únicamente estamos concentrados en la salud de mi hijo y así nos hemos mantenido desde el primer día que estuvimos en el hospital. Nos han dicho que no nos preocupemos. Hay mucho apoyo por parte de los familiares y amigos de Bruno. Y la misma señora Margarita Zermeño Sobrino, presidenta de la Asociación de Gimnasia de Trampolín de la Ciudad de México, nos sugirió que dejemos esos asuntos para otras autoridades, que nosotros nos concentremos únicamente en ver por la salud y el progreso de nuestro hijo.

Zermeño, por su parte, explica que, al caer, el adolescente se golpeó en la cabeza porque –“aparentemente”– no se contaba con el número suficiente de colchonetas, tal como lo marcan los estándares de seguridad. Esto le provocó un hematoma intercraneal, que hasta el cierre de esta edición lo mantenía en terapia intensiva del hospital privado Country 2000 de Guadalajara.

En sus primeras declaraciones a la prensa tras el accidente, Zermeño aseguró que el accidente habría podido evitarse si los encargados de la sede de la competencia hubieran adoptado las medidas de seguridad necesarias.

Apuntó entonces que aunque el Code Jalisco argumentaba que la responsabilidad de la seguridad estuvo a cargo de la Federación Mexicana de Gimnasia, la institución de Jalisco –como sede del encuentro– tendría la obligación de garantizar la seguridad.

Recordó que hasta después de que cayó el niño, el Code Jalisco empezó a instalar colchonetas suficientes. Además denunció que otras medidas de seguridad no se cubrieron, ya que varios deportistas sufrieron de infecciones intestinales.

En la entrevista con este semanario, Zermeño expresa: “Todos somos corresponsables en esta situación. Yo sabía que Bruno tenía Seguro Popular. Sin embargo, la primera pregunta tras la caída fue cuál es el hospital mejor y más cercano en la zona, porque el gimnasta estaba convulsionando, su estado era crítico, y tú no te vas a poner a pensar cuántos ceros le vas a poner a la suma para su atención emergente, porque la vida no tiene ceros.

“Pensé que la parte humana de todas las instituciones iba a salir por delante de todo, y veo que no, sí te tengo que decir. Es una realidad que el Instituto del Deporte de la Ciudad de México, a través de su director, Horacio de la Vega, se estuvo comunicando con el padre de Bruno para decirle: ‘Ustedes no se preocupen, nosotros vamos a absorber los costos’, junto con la Federación Mexicana de Gimnasia. Es más, el presidente de ese organismo, Gustavo Salazar, estuvo también aquí. Él fue el primero que se paró aquí y me dijo: ‘Tranquila, vamos todos a enfrentar el problema’.”

El deslinde

Según la versión del Code, desde el día del accidente ese organismo ha brindado apoyo económico para alimento y hospedaje a los padres del menor. Sin embargo, cuando los papás acudieron al lugar donde supuestamente estaba pagada la estadía les dijeron que no estaba cubierta.

“Esta es una corresponsabilidad que podríamos soportar entre más manos, sin embargo ¡no es cierto que el Code estaba buscando lo mejor para el niño ni para los padres del niño! No, porque nunca se comunicaron con nosotros; no, porque no han hecho contacto con nosotros; no, porque dijeron que tenían un hospedaje abierto, y no está pagado”, acusa Zermeño.

Los padres de Bruno lamentan la forma en que ese organismo pretendió deslindarse de cualquier responsabilidad. Luego del accidente, la institución dejó correr la versión de que Bruno carecía de seguro para poder competir en ese certamen. Así lo declaró Mily Velázquez, vocera del Code, al periódico La Jornada el sábado 15.

“Es un hecho que un día antes de los entrenamientos, el comité técnico de la Federación Mexicana de Gimnasia revisó el montaje y lo aprobó. Una vez revisado, quiere decir que está todo en orden. Creo que ahora el problema principal es que el niño viajó sin seguro médico”, abundó Velázquez.

Zermeño responde a ese señalamiento: “Yo le pregunto a usted: ¿el Seguro Popular no es seguro médico? ¿Por qué el Code Jalisco habla de deslindarse de sus responsabilidades? Dicen que el niño no tenía seguro, ¡por supuesto que el niño tiene un seguro! El niño tiene Seguro Popular.

“Desafortunadamente los gastos de este evento nos rebasan cualquier tipo de seguro, porque entonces preguntemos cuánto o cuál es la suma asegurada de un deportista de Jalisco. Preguntemos cuánto es, si es un seguro de gastos mayores, o es un seguro de 50 mil o 100 mil pesos, ¿qué pasaría desafortunadamente si esto ocurriera con otro gimnasta de otro estado?”

El Code Jalisco también criticó al Instituto del Deporte de la Ciudad de México por permitir que su atleta viajara sin ese seguro de gastos médicos. “El instituto del Distrito Federal tiene responsabilidad porque son los que aseguran a sus atletas para cualquier incidente, es su responsabilidad, eso debe ser de ley”.

Esta idea ya había sido esbozada previamente por Eddy Antonio Travieso, subdirector del Deporte en el Code, al periódico Mural: “¿Yo como Jalisco cómo voy a estar pendiente de que cualquier niño que viene a competir traiga seguro? Esa es responsabilidad de cada instituto estatal”.

Zermeño revira: “¿Acaso solamente los niños que puedan tener un seguro de gastos mayores pueden saltar trampolín? Estamos hablando de que es una suma de mil 400 o mil 500 pesos mensuales. ¿Entonces los niños que no tienen recursos no pueden saltar trampolín porque sólo cuentan con un seguro popular?”.

Al cierre de la presente edición, Bruno Valencia ya había sido desentubado, el martes 18, y se procedía a quitarle la anestesia. El último reporte de los médicos indicaba que el menor mostraba cierta mejoría en su estado de salud, a pesar de que se mantenía en condición crítica, según la madre del niño:

“Mi hijo es un guerrero. A pesar de lo mal que estuvo y que en un momento de desesperación, al ver cómo sufría, yo le pedía a Dios que mejor se lo llevara, afortunadamente parece que ya se recupera. Para ello cuenta y contó con el apoyo de muchas personas que fueron como sus ángeles, que nunca lo dejaron, como la maestra Margarita (Zermeño) y el personal del hospital Country 2000”.

Zermeño se lamenta de que el propio director del Code Jalisco, André Marx Miranda Campos, lejos de tener la humanidad de acercarse al joven o a la familia –que lleva más de una semana en el hospital– haya pensado en mandar a un representante jurídico para tratar el asunto.

Han recibido un trato diferente por los demás organizadores del campeonato y los responsables el Instituto del Deporte de la Ciudad de México, quienes se han puesto de acuerdo para solventar los gastos de hospitalización. La mujer adelanta que incluso ya les han ofrecido el servicio de un helicóptero para cuando se requiera, para que Bruno sea trasladado.

Por su parte, el Code Jalisco sólo pidió al responsable del área médica, José Luis García, que diera seguimiento al caso de Bruno y se mantuviera en contacto con la familia.

Los familiares de Bruno confirman que el apoyo por parte del Code es mínimo. “Venía el doctor, preguntaba por las condiciones de salud de nuestro hijo, preguntaba si ya habíamos desayunado o si teníamos problemas de hospedaje y ya. Aunque eso sí, siempre nos decía que recibiéramos un saludo del director del Code Jalisco, André Marx”, un funcionario que nunca tuvo la oportunidad de visitar a Bruno.

                                                         
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