Juez federal ordena libertad de ‘El Mochomo’, implicado en la desaparición de los 43 normalistas

El juez consideró que no había pruebas suficientes en su contra para mantenerlo preso.

elfinanciero.com.mx

Un juez federal del Estado de México ordenó la inmediata libertad de José Ángel Casarrubias Salgado, El Mochomo, líder del cártel Guerreros Unidos, y uno de los principales implicados en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Dicho sujeto había sido detenido el 24 de junio pasado, pero en una audiencia realizada en las últimas horas, un juzgador federal consideró que no había pruebas suficientes en su contra para mantenerlo preso.

Aunque la decisión es apelable, el detenido podría quedar libre, aunque la Fiscalía General de la República (FGR) aún está en posibilidad de volverlo a detener al salir del penal federal El Altiplano, donde fue recluido, por algún otro ilícito.

Hasta ahora, la FGR no se ha pronunciado respecto de la libertad concedida a El Mochomo, cuya captura se informó el lunes pasado.

El titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, dijo que Casarrubias Salgado fue «un participante de gran notoriedad» en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

El funcionario también criticó la actuación de la desaparecida PGR, pues dijo que facilitó la libertad de muchas de las personas que habían sido detenidas por estos hechos que conmocionaron al país.

«En septiembre de 2014, la entonces Procuraduría General de la República consignó a diversos funcionarios que fueron puestos en libertad en distintas fechas, en virtud de la inconsistencia y parcialidad de las acusaciones que omitieron señalar todas las violaciones que estos individuos cometieron durante su intervención en el caso», dijo Gerz Manero.

Aseguró que entre las fallas hubo detenciones arbitrarias, tortura, dilación en las puestas a disposición, vulneración de los derechos de la defensa y violaciones al procedimiento; ocultando también pruebas suficientes que permitieran conocer, de manera fehaciente, el destino de las víctimas.

                                                         
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