Londres. Una investigación fue abierta hoy en el Reino Unido para determinar si el Gobierno ignoró deliberadamente el abuso sexual de millones de niños reubicados forzosamente en las ex colonias británicas mediante programas que funcionaron hasta fines de la década del 60.
La investigación independiente busca establecer si hubo protección suficiente a los niños enviados a Australia, Canadá y otras ex colonias británicas bajo programas realizados «con el conocimiento y aprobación del Gobierno británico», dijo Henrietta Hill, abogada de la investigación.
Durante la pesquisa se investigará si el Gobierno estaba al tanto de los extendidos abusos sexuales de niños, en particular en Australia, y si hizo lo suficiente para ayudar las víctimas, agregó Hill.
La abogada afirmó que enviar a más de 100 mil niños solos a ex colonias desde comienzos del siglo XIX fue «un extraordinario y prolongado» episodio en la historia británica.
La evidencia cubrirá el envío de hasta 4 mil niños británicos a Austria entre 1945 y 1967, cuando los programas finalizaron.
El Gobierno se disculpó ante las víctimas en 2010 pero no mencionó específicamente los abusos sexuales, dijo Hill. Aswini Weereratne, abogado del Child Migrants Trust, dijo que la disculpa llega 23 años después de que Margaret Humphreys hablara por primera vez sobre el tema en 1987, tras una exhaustiva investigación en Australia.
Humphreys, una ex trabajadora social que fundó Child Migrants Trust, dará su testimonio para la investigación.
Algunas de las víctimas fueron enviadas al exterior «semanas después de haber sido reportado abuso sexual en sus hogares del Reino Unido», dijo la emisora BBC.
«La sospecha es que fueron elegidos a dedo, ya sea para sacarlos del camino o en interés de los propios pedófilos», agregó.
Una de las víctimas, David Hill, ex director de la cadena australiana ABC, entrevistó a más de 100 víctimas en las «escuelas granja» de Fairbridge, Austalia, adonde fue enviado en 1959.
David Hill publicó en 2007 un libro sobre Fairbridge, The Forgotten Childen. Un 60 por ciento de las víctimas en su libro sufrieron abusos sexuales.
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