Entre condiciones precarias, policías federales son forzados a conformar la Guardia Nacional

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CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx). – Ante el fracaso de la convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador para que civiles acudieran a integrarse como agentes a la Guardia Nacional –sólo se presentaron seis solicitudes-, oficiales adscritos a la Policía Federal, constituyen la única esperanza para que este 30 de junio el mandatario pueda cumplir.

Desde que tomó posesión, una y otra vez desacreditó a la Policía Federal como la peor corporación policial del país, hoy, sus miembros, son obligados a formar parte de la Guardia Nacional sin siquiera consultarles. Antes, son concentrados en los campos militares de la Ciudad de México, en donde personal del Ejército valora si cumplen con los requisitos.

Quienes a criterio de los mandos militares no cubren los “requisitos”, prácticamente arriba del avión que los trasladará a su nuevo destino laboral, son informados y obligados a firmar su comisión como agentes del Instituto Nacional de Migración (INM). Al que se niegue, sus superiores, simplemente, los amenazan con levantarles una acta administrativa por desacato, lo que implica quedarse desempleado.

Además, según el oficio ASG- expediente 6713, firmado por el militar Teniente Coronel Leonardo Daniel Villalobos Sánchez, -en poder de este semanario-, por instrucciones del General de Brigada D.E.M, Jefe de este Estado Mayor, advierte al personal militar que forma parte de la Guardia Nacional sobre el realizar “manifestaciones en forma dolosa a través de las redes sociales”:

“Que eviten hacer cualquier tipo de manifestación dolosa en contra del C. Presidente de la República a través de redes sociales o cualquier otro medio de comunicación ratificándoles que en su actual situación siguen sujetos a las Leyes y Reglamentos militares-“, si ello, sucede, advierte el documento, pueden ser sujeto de arresto o de la pérdida de sus beneficios laborales.

En estados como Chiapas, en donde agentes federales, militares y marinos ya fueron comisionados por el presidente López Obrador para contener el paso migratorio, laboran como integrantes de la Guardia Nacional, los policías federales son quienes asumen la responsabilidad de las puestas a disposición, pero los militares se niegan a asumir alguna responsabilidad, pues rechazan firmar como testigos.

Policías federales integrantes de la Guardia Nacional en este estado, quienes pidieron el anonimato, dieron a conocer un percance registrado la mañana del miércoles 19 de junio:

“Hoy por la mañana, la compañera de Migración detecta que en un vehículo particular viajaban personas con rasgos fisonómicos distintos a los mexicanos. Se le indica al chófer de la unidad que se orille para verificar la documentación, y la copiloto en todo momento alega que es mexicana. Al seguir entrevistándola al igual que a otra de las pasajeras, la empleada de Migración detectó que eran de origen centroamericano.

“Ella pidió el apoyo de compañeros de Fuerzas Federales y Seguridad Regional para poner a disposición al chófer del vehículo ya que los ciudadanos centroamericanos reconocieron que el chófer había sido contratado para llevarlas de un poblado a otro. Todo estaba bien, hasta que agentes federales pidieron a militares y marinos que participaran en la puesta a disposición como testigos. Dijeron que sí, sólo el militar manifestó que pediría instrucciones a su mando -algo ilógico ya que llegaron con carácter de Guardia Nacional-, sin embargo le ordenaron que no firmara”.

Para las esposas de los agentes federales como Vanesa Hernández, Estefanía Hernández y Janeth Pedroza, quienes son parte del grupo de familias que defienden los derechos de sus esposos, piden que sean tratados con dignidad y circulan en redes sociales, las condiciones “denigrantes” con que son tratados los agentes federales.

La señora Hernández, hizo llegar a Proceso un informe que relata que el pasado 18 de junio, elementos de la policía federal que fueron asignados al INM, llegaron al punto denominado Kilómetro Cero, en apoyo a personal de migración, sin embargo “no hay personal de Instituto Nacional de Migración y sobre las condiciones del lugar no cuenta con dormitorio, se tiene que conseguir casa de campaña”.

Además, en el lugar hay una casa de adobe en mal estado, las paredes están agrietadas; el servicio de alimentación se prepara en el lugar y no se cuenta con platos y vasos para el personal de Policía Federal; no hay baños, hay que sacar agua de un pozo de tierra con cubetas. Sólo cuenta con un baño en otro domicilio; el servicio de luz se tiene que conseguir a través de una extensión para cargar celulares y otras necesidades; no hay señal de celular, hay que buscarla”.

“Por las condiciones del lugar, los elementos no se quisieron quedar”.

Proceso, entrevistó a agentes federales comisionados en varios estados del país, quienes hablan sobre la crítica situación que padecen:

Un integrante de la División de Gendarmería, de la Policía Federal, es entrevistado por este semanario, mientras viaja de Ciudad Juárez, Chihuahua, al campo militar número 17 en la Ciudad de México:

-¿Va a pasar a Guardia Nacional?

-Aún no sabemos, 55 elementos nos bajaron a evaluaciones físicas y médicas, las vamos a presentar a las 6 de la mañana de este jueves 20 de junio.

“Salimos de Juárez el martes a las 23 horas, venimos por tierra, un viaje de más de 24 horas. Sólo hicimos una parada para comer en Fresnilo, Zacatecas porque llegaremos a Contel a las 2 de la mañana de este jueves 20, de allí, a las 3 de la mañana debemos de abordar el autobús para ir a campo militar a presentar las evaluaciones médicas y físicas”.

“Vienen compañeros de los cuatro agrupamientos de Tijuana, uno de Juárez y uno de Reynosa, Tamaulipas, Sonora, Pachuca, Tlaxcala, Michoacán, Cancún y Yucatán”.

Entrevistado al día siguiente, una vez que presentaron sus exámenes, él fue considerado por los militares como apto para formar parte de la Guardia nacional.

“Los compañeros que no pasaron, están en la incertidumbre, no saben si aún hay plazas en el Instituto de Migración, en el norte del país, porque en el sur ya está cubierto”.

Todas fueron traídas de última hora, tenían que ser evaluados antes de 30 de este mes. Eran casi 18 grupos, en total unas 600 policías.

“Yo pertenecí a la División de Fuerzas Federales, al segundo agrupamiento. Yo fui a hacer el examen al campo militar número uno pero no pasé el examen de Índice de Grasa Muscular, la condición era de 29.800 yo pasé con 32, no fui apto para pertenecer a la Guardia Nacional, aunque el examen físico lo pasé sin problema”, narra un agente que hoy es parte del INM en Chiapas.

Recuerda que un día antes del examen, en base Contel se presentó el despacho de recursos humanos de la PF: “Un encargado nos dijo que a día siguiente seríamos desplegados comisionados a migración. Llegando al hangar de la policía Federal ya nos esperaba gente de recursos humanos de la policía Federal, nos dio un oficio de cambio de adscripción y otro oficio de que pasamos comisionados a migración, y nos subieron al avión”.

“Nos dejaron en Minatitlán, Veracruz, nos recogieron los soldados y nos trasladaron a su base militar, desde entonces estamos aquí prácticamente abandonados, en el tercer batallón. Los militares pensaban que veníamos a realizar funciones de primer respondiente, que íbamos a trabajar con ellos en los operativos, pero no, tenemos una semana sin hacer nada”.

“Nos dijeron que estaríamos aquí durante seis meses hasta que bajemos de peso, sin embargo, en mi caso, aunque baje de peso no paso por la edad. Tengo 50 años, me van a dar la opción de retirarme o quedarme en donde ellos quieran”, señala sumamente desolado.

Otro de los entrevistados contactados por el grupo de esposas de los policías federales, se encuentra en Tecate, en el agrupamiento 17 narra:

“Estábamos en la Ciudad de México, y luego me pasaron al INM porque no pasé el examen médico porque estoy arriba en la masa muscular, pero estoy viendo a elementos del Ejército que tienen aún más masa corporal que yo y están aquí en el Ejército. A los policías nos discriminan. No entiendo por qué”.

“Hace un mes fui al Campo Militar número uno que está por Los Pinos. Médicos militares nos aplicaron los exámenes. Salí con 31 de masa corporal. Sabemos que si nos vamos a un curso o a una comisión bajamos de peso inmediatamente. Todos firmamos el documento de evaluación”, señala.

De allí, se reincorporó a su trabajo en Monterrey. Los que no pasamos el examen nos regresaron a Contel y de allí nos reunieron y nos dijeron que iban a pasar con nosotros, que nos van a mandar a migración y que teníamos seis meses para bajar de peso y presentar otra vez la evaluación para la Guardia nacional y quedarnos, si no, nos mandan a Protección federal.

¿Firmaron algún documento?, se le pregunta: “Sí, sólo dice que pasamos comisionados a Migración, no dice cuánto tiempo. No podemos inconformarnos, de lo contrario, nos amenazan con mandarnos a hacer el examen de control y confianza a pesar de que aún este vigente el último que nos aplicaron en Policía federal”.

Continúa: No nos han capacitado. Trabajamos directamente con Migración checando a la gente y en apoyo en caso de detenciones. Esta mal lo que hace el gobierno, de quitarnos nuestro trabajo. No es posible que una persona se quede sin trabajo por la masa corporal. Hasta ahora el salario se ha respetado en Migración, vamos a ver si nos pagan el bono de operatividad”.

Por su parte, un elemento del tercer agrupamiento, perteneciente al restablecimiento del orden público, quien se encuentra en Hidalgo, narra: “Desde octubre me enviaron a Tijuana para contener la migración, luego me regresaron a Chiapas. Cuando entra este gobierno de López Obrador, lo primero que cambió es el bono de operatividad que era de 9 mil 800 pesos baja a 8 mil 200. Luego nos quitaron las cordilleras –apoyo para regresarnos en nuestros descansos a la Ciudad de México, ahora cada quien tiene que bajar por sus propios medios. Antes nos trasladaban en autobús a la base de Contel.

“Muchos han tenido que ir a la Ciudad de México a hacer exámenes para ingresar a la Guardia Nacional, pero del sueldo nos descuentan 422 pesos por cada día que pasamos fuera, no importa que nos hayan llamado al Centro de Mando de la Policía Federal. Además, las comidas son raciones pequeñas, comida rápida como sincronizadas, una naranja, y una agua; en las mañanas una torta de mortadela, es el desayuno. Esto es a diario”, señala.

“Regresé de Tijuana en febrero, luego me envían a Chalco 20 días y me regresaron a Chiapas a mediados de marzo. Ahorita no he hecho exámenes, nos dijeron que automáticamente éramos parte de la Guardia Nacional por haber estado en Chiapas cuando se inició. En principio éramos como 300, luego hace un mes mandaron a Oaxaca unos 150. Han estado bajando a exámenes personal nuestro y de México mandan relevo del agrupamiento. Cuando hay conflicto reúnen al personal de todos los puntos para que se vea que hay muchos”, relata.

Señala que de militares había un camión con 20, entre ellos unos 4 marinos. En Chiapas hay unos 10 puntos con contingentes de la Guardia Nacional. Al principio nos tenían en tráileres en una zona ganadera, luego en esta administración se empezaron a construir casas improvisadas de tabla roca. Cuando entran militares al mando nos enviaron al hotel Bremen pero luego nos sacaron por falta de pago.

“Yo pertenezco a la segunda –ARI-, Agrupamiento de Reacción Inmediata, en el caso de mi agrupamiento ha pasado algo contradictorio, el peso y la estatura que nos registraron los médicos militares no concuerda con a real. El promedio de la variación es de 3 a 4 kilos y en estatura entre 2 y 3 centímetros. Hay compañeros que su cuerpo es atlético y por tener músculo les dicen que no son aptos porque el Índice de Masa Corporal sobrepasa el valor que ellos tienen de rango, pero no ven que no es grasa, es músculo”.

Nunca he salido con la presión alta, y con el médico militar así resultó, no le quise formar la hoja que los resultados y le pedí que volviera a tomar la frecuencia cardíaca, en la segunda toma, de la nada bajó. Salí normal. Hubo una gran variación en minutos. A los compañeros que usan lentes y que usan tatuajes, de entrada los declaran no aptos”.

“Nunca se nos informó que en cierto tiempo nos harían este tipo de examen, de la noche a la mañana llegan los listados y se nos notifica que tenemos que ir. Le pedí al enlace que me diera un oficio con la instrucción pero se negó. Una vez estando en base Contel, le pregunté al enlace administrativo qué pasaría si no me presentaba al examen, me dijo que me pondría una retentiva de pago y yo dejo de cobrar, además de que me levantaría una acta administrativa por no acatar una orden superior que nadie nos sabe decir de quién es. Es incongruente. Los exámenes se realizan de la noche a la mañana, sin importar que estemos trabajando desvelados”.

El jueves 20 de junio, el personal catalogado como RT (Riesgo de Trabajo), porque sufrieron heridas en combate, heridas que los dejaron minusválidos, también han sido removidos de sus bases sin considerar la discapacidad que enfrenan:

“En la Policía Federal hay muchos cambios, principalmente para nosotros. En este agrupamiento la encargada de nosotros de nombre Ana Lucero, nos dijo que había un listado con nuestros nombres y que nos van a mandar a formar parte de migración, a provincia”.

Protestaron: “Le comentamos que cómo nos van a mandar si somos personas discapacitadas. Tenemos documentos oficiales del ISSSTE en donde menciona la incapacidad de cada uno, y sólo contesta que son órdenes presidenciales y que si no acatamos ya sabemos el protocolo de lo que se viene. Esto fue hace como 15 días.

“Tratamos de hablar con la jefa para que nos diga en qué lugar quedamos nosotros. Yo tengo una incapacidad media parcial y peleó la completa porque recibí cinco impactos de arma de fuego y de una granada, me han hecho nueve operaciones en todo el cuerpo. La jefa de este agrupamiento tuvo la osadía de mandarnos a las oficinas de Constituyentes, le dijimos nuestros casos y sólo nos dijo que si no nos presentábamos se iniciaría un proceso administrativo. Por las lesiones que tengo no puedo moverme distancias largas. La señora no hizo caso.

“Unos tienen prótesis en las piernas y viven en Chalco, Chimalhuacán y Amecameca, por lo que Contel nos queda más cerca. La entrada es a las 7 de la mañana para salir a las 18 horas, cuando en Base Contel entrabamos a las 8 de la mañana y salimos a las 17 horas.

“La plantilla de RT es de 138 elementos. Lo único confirmado que se nos ha dicho es que ya nos dieron un nievo destino laboral, de la noche a la mañana nos avisaron que nos cambian a Tabasco. Se están brincando los documentos oficiales del ISSSTE. No puedo trasladarme distancias largas. Esta cuestión nos atormenta porque al final del día nadie nos informa”.

Entrevistado al medio día del jueves 21, agrega: “De lo de Tabasco nos informaron hace 2 horas a todo el personal del 20 que está calificado como RT. Además, los enlaces administrativos sacaron la información de nuestros expedientes sin autorización nuestra. No se vale que agarren información y la manden a Guardia Nacional o a Migración. No se vale. En Tabasco tenemos que estar el 28 de este mes”.

“Los jefes se comprometieron con nosotros a asignarnos una área de acuerdo a nuestras capacidades. A mí, me ofrecieron el área de boleros en Contel, compré todo mi material para trabajar allí porque no tengo un salario extra, antes nos daban la media operatividad, pero ya tengo tres años de no recibir nada. Actualmente son 6 mil 632 pesos quincenales los que percibo.

Antes estábamos en un área que se llama disponibles, había unos 38 elementos y todos tenemos discapacidad completa, unos son ciegos, otros con cáncer, o con prótesis de brazo o pierna. Aún así, ahora somos los responsables.

                                                         
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