Después de muertos los narcotraficantes mexicanos siguen exhibiendo su poderío

actualidad.rt.com

En la ciudad de Culiacán, Sinaloa, existe un lujoso panteón en el que reposan los cuerpos de los que fueron los narcotraficantes más peligrosos o influyentes de la República Mexicana. Entre ellos, se encuentran Arturo Beltrán Leyva, otrora líder del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva; Ignacio Coronel, exjefe del Cártel de Sinaloa; y Arturo Guzmán Loera, hermano de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, por mencionar algunos.

Lo que llama la atención de la necrópolis de Jardines del Humaya es la cantidad de mausoleos de lujo que se erigen como tumbas faraónicas en honor a los narcos mexicanos asesinados por bandas rivales o por el Ejército del país, las cuales cuentan con dos o tres niveles y están equipadas con red wifi, aire acondicionado, circuito de seguridad, figuras religiosas y hasta habitaciones y sanitarios.

El acceso a este panteón es restringido, únicamente pueden acceder los familiares de los difuntos, que en muchas ocasiones se presume que son capos de la droga o influyentes lugartenientes de alguna organización criminal. Diversos videos que circulan en redes sociales han captado las grandes construcciones en honor a algunos miembros de la delincuencia organizada.

Incluso, algunos de ellos han grabado el momento en que diversas bandas del género regional mexicano asisten a las tumbas de los narcos caídos para cantarles y rendirles tributo a través de la música.

Algunos visitantes curiosos han logrado ingresar a dicho panteón y han tomado instantáneas de algunas tumbas. Muchas de estas son temáticas y adquieren el estilo arquitectónico de grandes recintos como el Taj Mahal, considerado en 2007 como una de las nuevas maravillas del mundo moderno.

Yasira Torres Sánchez es una de las mujeres que, sin restricciones, puede acceder a Jardines del Humaya. De acuerdo con su presunta cuenta de Twitter, Torres Sánchez constantemente visita a su padre, José Manuel Torres Félix, un lugarteniente de ‘El Chapo’ Guzmán, quien fue abatido en 2012 por la Marina Armada de México, y que ahora descansa en una tumba de lujo.

El costo de estos mausoleos depende del número de niveles que se requieran, el material de los pisos y los acabados que exija el cliente, así como las figuras religiosas e, incluso, artefactos o incrustaciones de oro, diamantes o plata que soliciten los familiares o aliados de los narcotraficantes asesinados.

Según medios locales, se estima que la construcción de una de estas tumbas oscila entre los 50.000 pesos (más de 2.600 dólares) y los 6 millones de pesos (más de 300.000 dólares). Asimismo, las personas que edifican estos mausoleos se mantienen en el anonimato, ya que muchas veces ellos son requeridos por distintas bandas que sostienen rivalidad en el mundo del crimen organizado.

                                                         
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