De pandemias y burocracia, prioridades que matan

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Los institutos de salud y hospitales del IMSS y del ISSSTE seleccionados para atender los casos de covid-19 comenzaron a cancelar citas que consideran “no urgentes” con el propósito de liberar espacios que, estiman sus directivos, pronto demandarán las personas contagiadas con el virus. Ello, sin embargo, desplaza de la atención médica a pacientes que requieren tratamientos e intervenciones quirúrgicas para atender sin demora enfermedades como cáncer o afecciones inmunológicas.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Frente a la pandemia por el covid-19 y la decisión de la Secretaría de Salud (Ssa) de dar prioridad a la atención de pacientes con este virus en un sistema de por sí con carencias, enfermos de cáncer, afecciones inmunológicas y otras que requieren atención inmediata reclaman: “Todos tenemos derecho a vivir”.

Con voz débil, lenta y pausada, Daniel “N”, de 38 años, cuenta a Proceso que en diciembre pasado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Nutrición) le diagnosticaron cáncer de páncreas, uno de los más agresivos y acelerados.

Daniel es padre soltero. Tiene un niño de cuatro años, quien depende de él; también atiende a su madre, de la tercera edad, que carece de pensión. Relata que cerró su pequeño negocio de ropa y prescindió de sus tres empleados para atender su enfermedad, pues no quiere dejar desamparados a su madre y a su hijo.

Previendo que sus ahorros no le alcanzarán mucho tiempo, acudió al servicio de Oncología del Centro Médico Siglo XXI del IMSS en busca de atención especializada. Enero, febrero y parte de marzo sufrió lo indecible entre estudios y complicaciones vesiculares.

“Me pusieron un conducto biliar para que funcionara de manera correcta, pero de pronto se infectaba, se movía. Mi cuerpo no lo aceptaba. Por eso se atrasó la atención a mi páncreas”, cuenta.

A finales de marzo le dijeron que no podían operar su tumor y le explicaron que debía someterse a quimioterapias inmediatas; no obstante, le dieron fecha de inicio para mayo.

Como mes y medio sin tratamiento es mucho “y esto no puede esperar”, Daniel tomó los estudios que le practicaron en el IMSS, regresó a Nutrición para que lo valoraran y comenzara con la quimioterapia. Familia y amigos comenzaron a juntar dinero para ayudarle a pagarla, pues saben que cada día puede empeorar.

“Para mi mala suerte, el 24 de marzo me dijeron en Nutrición que ya estaban suspendidos todos los servicios y que ya no me podían atender. El médico fue muy enfático al decirme que ya no se iban a recibir más pacientes por eso del coronavirus”, afirma Daniel.

Y aunque hasta ahora su dolor está controlado, sabe que, sin tratamiento, su cáncer no se detendrá. “Creo que fue una decisión muy arbitraria (del hospital). Entiendo que es una pandemia. Si se volvió muy mediático el virus y su propagación, existimos más personas con otras enfermedades que requerimos atención inmediata y nos hacen a un lado, el instituto nos da la espalda”.

Daniel duda si la negativa a atenderlo es discriminación, violación a su derecho humano a la protección de la salud o falta de conciencia de los médicos.

“No se detienen a ver cada caso, qué tipo de cáncer es, qué atención necesita. No hay una evaluación a ver si se puede esperar o no. De plano nos negaron el servicio a todos los pacientes”, lamenta.

Lo único que le comentaron es que quizá para junio ya puedan retomar la atención normal de los pacientes.

                                                         
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