Científicos determinan que un año humano no equivale a siete años de perro

Gracias a un estudio de los cambios a nivel genético en los perros, los investigadores fueron capaces de determinar la tasa de envejecimiento canino en relación a los años humanos.

actualidad.rt.com

Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) han creado una fórmula para determinar con mayor precisión las correspondencias de edad entre los humanos y los perros basándose en los cambios en el ADN con el tiempo. El nuevo método echa por tierra la idea de una comparación lineal en la que un año humano es igual a siete años caninos, de acuerdo a un estudio publicado este jueves en Cell Systems.

Por medio de una técnica conocida como secuenciación de oligocaptura, los científicos analizaron los cambios moleculares en el ADN de 104 perros de raza labrador retriever, particularmente en «los patrones de cambio en la metilación» del genoma —los cambios químicos que influyen en la capacidad de un gen de expresarse y generar proteínas— con lo que fueron capaces de desarrollar un nuevo reloj epigenético que permite calcular con mayor precisión la tasa de envejecimiento canino.

Como resultado del análisis, los académicos pudieron determinar que el ritmo de envejecimiento de los perros es mucho más rápido que el de los humanos, especialmente durante los primeros años de vida. Sin embargo, al alcanzar la madurez este ritmo se ralentiza.

Por lo tanto, según el estudio, un perro de un año es similar a un humano de 30 años, mientras que uno de cuatro es similar a un hombre de 52 años. «Esto tiene sentido cuando se piensa en ello; al fin y al cabo, un perro de nueve meses puede tener cachorros, así que ya sabíamos que la proporción 1:7 no era una medida exacta de la edad», señaló Trey Ideker, autor principal del estudio.

Por su parte, Ideker reconoce que el hecho de desarrollar un nuevo reloj epigenético utilizando una sola raza puede ser un limitante en la investigación, especialmente a sabiendas de que algunas viven más que otras, por lo que asegura que más investigación es necesaria. No obstante, considera que, al ser capaz este método de determinar con precisión la edad en humanos, ratones y labradores, también lo será para otras razas de perro.

                                                         
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