Caso Ayotzinapa: sobreviviente denunció vínculos entre narcos y normalistas

La desaparición de 43 estudiantes cumplirá 72 meses con una acumulación de teorías sin resolver

infobae.com

La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa cumplirá 72 meses sin la respuesta a las preguntas ¿qué pasó? ¿dónde están?

Desde el 26 de septiembre de 2014 hasta la fecha, la investigación ha logrado desenredarse un poco; sin embargo, la información sigue siendo abrumadora. Omar García, sobreviviente a uno de los sucesos más graves de la historia del país, analizó pruebas e hizo sus propias conclusiones.

El ex dirigente del Comité Estudiantil de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, confirmó la presencia del crimen organizado dentro de dicha institución.

En redes sociales, García detalló en una publicación la supuesta cercanía que existió entre los narcos y algunos normalistas en 2012. “Al ser Ayotzinapa territorio en disputa, o por lo menos al estar localizada en Tixtla, Guerrrero, lugar que desde hace casi una década se vienen disputando Los Ardillos y Los Rojos, ¿por qué descartar que se hayan infiltrado los narcos en la escuela?”, cuestionó el ex dirigente.

«Tomemos en cuenta que en 2012 fueron expulsados (por acuerdo de asamblea) algunos estudiantes al ser descubiertos distribuyendo drogas (mariguana y coca) y que tras ser expulsados ingresaron a la normal acompañados de sus amiguitos sicarios y le propinaron una golpiza a dos de los principales dirigentes del Comité Estudiantil. Cabe añadir que regresaron empuñando armas de fuego. (Tengo testigos).

El denunciante aseguró que sus declaraciones las hace hasta ahora porque en 2014, el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y Tomás Zerón Lucio, extitular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), solo buscaban “cualquier motivo para afectar a la Normal”.

“Hay quienes dirán que por qué hasta ahora lo señalo.Simplemente porque en la época en que Murilo y Tomás Zerón de Lucio encabezan la investigación lo que buscaban era cualquier motivo para afectar a la normal y a los sobrevivientes en su conjunto. Es decir, querían meternos a todos en el mismo costal”, especificó Omar García.

El joven guerrerense fue señalado por la Coordinadora Nacional de Egresados de Ayotzinapa (CNEA) de lucrar con lo ocurrido en septiembre de 2014. A esto, el sobreviviente de la tragedia reviró con dos cuestionamientos: ¿Quién los mueve? y ¿Bajo qué intereses lo hacen?

La teoría oficial sobre el ataque, secuestro y desaparición de 43 estudiantes de la normal Isidro Burgos, señala que estos fueron asesinados por narcos de Iguala, una capital comarcal de Guerrero, en el México profundo, e incinerados en un basurero en medio del monte.

La noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 ocurrió uno de los hechos más dolorosos en la historia reciente de México: la brutal desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa » Raúl Isidro Burgos», así como la muerte (en esos momentos) de 6 personas, entre las que se encuentran tres normalistas que acudieron al lugar para ayudar a sus compañeros, un joven futbolista del equipo “Los Avispones de Chilpancingo” y el chofer que los llevaba.

Ese día, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal, de entre 17 y 25 años, acudió a la ciudad de Iguala, Guerrero, con la finalidad de “tomar” autobuses para participar en la conmemoración del 2 de octubre, en la Ciudad de México. De acuerdo con la versión de las autoridades, los estudiantes “secuestraron” cuatro camiones.

Policías Municipales de Iguala tenían la encomienda de impedir que los estudiantes salieran de la ciudad con los autobuses. Los policías, auxiliados por otras corporaciones y por civiles armados, abrieron fuego en contra de los estudiantes. En la refriega, un autobús que trasladaba a futbolistas del equipo local “Los Avispones de Chilpancingo” fue atacado, lo que terminó con la vida de uno de ellos.

De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en total, esa noche más de 180 personas fueron víctimas directas de violaciones a derechos humanos.

Tras conocerse públicamente lo sucedido, las autoridades locales y luego las federales realizaron una investigación.

Señalaron al alcalde de Iguala José Luis Abarca y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, de tener vínculos estrechos con el grupo del crimen organizado Guerreros Unidos.

                                                         
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