Advierten futuro pobre de ancianos

excelsior.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO.

De continuar la tendencia de empleos en la informalidad o precaria formalidad, México será cada vez más un país de ancianos enfermos y pobres, aseveró Isalia Nava, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

Afirmó que México vive un visible proceso de envejecimiento. A partir de las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para el año 2050, 32.4 millones de habitantes serán personas mayores (21.5% de la población total).

Héctor Francisco Castillo Berthier, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales, destacó que México tiene un periodo de 15 años para mejorar las oportunidades laborales de los jóvenes en edad productiva, pensando en que la población adulta mayor dependerá del trabajo de éstas generaciones.

Para el investigador de la UNAM, las medidas que debería el gobierno considerar es la incorporación del trabajo informal para generar recursos a futuro, debido a que de cada diez personas que trabajan en el país, 6.8 laboran en esta forma.

“Hay un problema severo, no es tan fácil generar trabajos formales, pero sí hay nuevas formas de incorporación que tendrán que ser consideradas.

“De no cambiar la estrategia de oportunidades laborales y educativas de los jóvenes, va a impactar en los problemas de empleo formales bien remunerados, educación, cobertura de servicios y pensiones”, indicó.

En el marco del Día Nacional del Adulto Mayor, que se conmemora hoy 28 de agosto, Isalia Navia resaltó que las tendencias hacia la informalidad y la formalidad precaria disminuyen las posibilidades de los esquemas de capitalización individual y se anticipa que las pensiones resultantes serán insuficientes.

Si se revisan las condiciones actuales de las personas en edades avanzadas, hay una serie de deficiencias, como que muchas de ellas no tienen seguridad económica, y el panorama para las siguientes décadas es desalentador, en términos de una mayor desprotección, alertó.

En México, a partir de la encuesta intercensal se identificó que en 2015 había 119.5 millones de personas; 10.4% correspondía a las mayores de 60 años (12.4 millones). Para 2050, con la estimación de 21.5%, habrá un aumento en términos absolutos y porcentuales, fenómeno que define el proceso de envejecimiento.

Isalia Nava subrayó que se debe considerar la rapidez del fenómeno. En México la cifra se elevó en sólo cuatro décadas, a comparación con Europa, en donde tardaron dos siglos, y eso implica que no tendremos tiempo suficiente para prepararnos y enfrentar los retos para que esa población satisfaga sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y cuidados.

Lo ideal sería que al llegar a esa edad se tenga una pensión que permita cubrir esas necesidades; sin embargo, en 2013 sólo 26% de los individuos de 60 años y más años tenía una pensión contributiva.

Aún más grave es la diferencia por sexo: 35% de varones y 18.5% de mujeres cuentan con esa protección, y más de la mitad de ellas tiene pensión por condición de viudez, no porque hubieran participado en una actividad laboral.

Ante la situación, ese segmento debe buscar otras fuentes de ingreso, que provienen generalmente de la participación en la actividad económica. “Tienen que seguir trabajando porque no cuentan con ninguna garantía de ingreso”, resaltó la universitaria.

El Colegio de la Frontera considera que a diferencia de países europeos, donde la población adulta predomina, México todavía cuenta con algunos años más para aprovechar su bono demográfico.

Sin embargo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe estima que esta ventana de oportunidad llegará a su fin a principios de la década de 2020, para pasar a una etapa donde la población de adultos mayores empezará a aumentar más que la población productiva.

Por ello, aconseja que el país debe centrarse en una mayor inversión en capital humano, sobre todo que los jóvenes tengan oportunidades de tener empleos bien remunerados, para garantizar el financiamiento de pago de pensiones y servicios sociales y médicos de adultos mayores.

Desprotegidos

La mitad de la población de hombres adultos mayores participa en una actividad económica; entre las mujeres el porcentaje es de apenas 19.6 por ciento.

No obstante, más del 70% está en la informalidad y predominan las labores que están en desprotección social, como las agropecuarias, en localidades rurales, y de servicio, en el caso de los varones, y las de servicio y comercio, para ellas.

                                                         
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